Paul McCartney y Heather Mills, dos ex tórtolos en pie de guerra
El culebrón del verano, el divorcio que enfrenta a Paul McCartney y Heather Mills, vivió ayer otra apasionante jornada, cuando la ex modelo tuvo que acudir a un hotel para recoger a la hija de ambos. El ex beatle ya había dejado claro, cuando cambió la cerradura de su casa, que no quiere que Mills se le acerque. Ayer, McCartney se negó a que su aún esposa recogiera a la hija de ambos en su residencia, según la prensa sensacionalista.
Mills, según el Daily Mirror, se presentó en la entrada principal de la casa del artista para llevarse a la hija de ambos, Beatrice, de dos años. El ex beatle malévolo, sin embargo, propuso que la entrega se hiciese en terreno neutral y mandó a Beatrice a un hotel, acompañada por una niñera. Media hora después acudió Mills para llevársela al aeropuerto de Heathrow, desde donde, con una bolsa de plástico como equipaje de mano, viajaron a Los Ángeles.
El corazón de McCartney está pasando por un mal momento, literalmente... La semana pasada acudió a una clínica londinense para someterse a pruebas médicas, entre ellas una revisión coronaria. Según la prensa sensacionalista, la salud del cantante, de 64 años, se ve afectada por el terrible estrés que le ha producido los tres meses de separación. McCartney atribuye la separación al comportamiento poco razonable de Mills. Hace un par de semanas, Mills robó, según la prensa, tres botellas de líquido para limpiar. Una actitud muy poco razonable.