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El fenómeno de la inmigración

El PSC propone pedir "voluntad de arraigo" a los extranjeros que quieran votar

El derecho de voto de los inmigrantes en las municipales continúa caldeando el ambiente político catalán. El portavoz parlamentario de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), Joan Boada, insistió ayer en las acusaciones de "xenofobia" lanzadas el pasado sábado por el líder de su partido, Joan Saura, contra el dirigente democristiano Josep Antoni Duran i Lleida, porque pide que los inmigrantes sólo puedan votar si tienen "un conocimiento de la lengua, la cultura y la identidad catalanas".

Ayer, el consejero catalán de Economía, el socialista Antoni Castells, entró en liza para criticar la "falsa ingenuidad" con la que, a su juicio, ICV está tratando esta cuestión.

Castells afirmó que la inmigración es necesaria, pero opinó también que un hipotético derecho al voto debería ir acompañado de una "voluntad de arraigo". El consejero socialista considera "razonable" que los inmigrantes extracomunitarios puedan votar en las municipales -tanto el PSOE como Izquierda Unida han presentado una proposición de ley en este sentido-. Eso sí. Si se cumplen unos "requisitos" y exista "una reciprocidad" por parte de este colectivo.

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Que la inmigración es, junto con la reclamada gestión del aeropuerto de El Prat y el despliegue del Estatuto catalán, el eje de la precampaña electoral de las autonómicas quedó claro ayer, en el primer debate que marca la rentrée política. Fueron los temas estrella en una mesa redonda celebrada en la localidad francesa de Prada de Conflent, en la que participaron destacados representantes de PSC, CiU, ERC e ICV.

ERC pide comparecencias

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El republicano Joan Puigcercós subrayó que su formación, ERC, pedirá la comparecencia en el Congreso de los Diputados de la secretaria general de Inmigración, Consuelo Rumí; el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; y del ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para que "el Gobierno dé la cara".

El republicano también afirmó que la izquierda "debe ser responsable y decir que hay un límite de acogida". A este respecto, Boada (ICV) insistió en acusar a la derecha catalana de "xenófoba y etnicista".

El convergente Felip Puig respondió al ecosocialista que este debate no se puede enmarcar en una confrontación entre izquierda y derecha, ya que "está en juego un modelo de identidad" y la "sociedad del bienestar". Puig evitó referirse directamente a la obligatoriedad de que los inmigrantes conozcan el catalán como requisito para poder votar, pero sí dijo que "los derechos políticos no se regalan".

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