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Reportaje:El fenómeno de la inmigración

La inmigración hacia el norte se baja al sur

La partida de cayucos desde Senegal se concentra en cinco zonas, sobre todo en Casamance, con menor control de Dakar

Jorge A. Rodríguez

La inmigración sigue un comportamiento similar a que establece la mecánica de fluidos. Los flujos migratorios, como los fluidos, están en movimiento constante, porque forma parte de su propia naturaleza. Si se les somete a una presión, como por ejemplo mayor control fronterizo en Marruecos y Mauritania, la migración se deforma, se desplaza, como ahora se ha desviado hacia el sur de Senegal, donde la presión es menor y el fluido migratorio puede seguir en movimiento. La presión, incluso, puede dividir el fluido infinitamente, lo que en términos migratorios ha supuesto que los candidatos a zarpar hacia Canarias desde Senegal se hayan dispersado para concentrarse en cinco grandes zonas, sobre algunas de las cuales las autoridades de Dakar no tienen todo el control.

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La actual avalancha migratoria que se cierne sobre Canarias, según quienes investigan su evolución y sus tendencias, parte de la región más alejada de las islas, la de Casamance, llamada así por el río que la atraviesa. Es una región comprimida entre dos países, Gambia y Guinea Bissau. La zona es especialmente convulsa y, de hecho, las autoridades senegalesas no pueden asegurar su control total. La CIA, en su informe anual sobre países, sostiene que Casamance está sometida "a violencia separatista, incidentes fronterizos y contrabando de armas". Los últimos choques, el año pasado, entre los independentistas y las tropas gubernamentales provocaron el desplazamiento de 17.000 personas hacia Gambia y Guinea.

La inmigración clandestina se ha concentrado en esa zona y, dentro de ella, en dos puntos: Elinkine y la isla (pero también la punta) de Diogué. Miles de subsaharianos se reúnen en esa zona, atraídos por cierta propaganda, difundida a través de Internet, que pinta la travesía de 2.300 kilómetros hasta las Canarias como una opción normal y hasta cómoda para la inmigración. "Los desembarcos masivos son una buena solución para los hombres senegaleses, sobre todo los más jóvenes", puede leerse en la página www.senegalaisement.com, alimentada desde Barcelona por un ciudadano africano. Éste asegura a los candidatos que, en realidad, "los riesgos del viaje son nulos si se respetan las condiciones de seguridad", pero, eso sí, les pide que no olviden llevar un chaleco salvavidas. De naufragios no habla.

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La travesía desde Casamance es la más larga, sin duda, pero también es más barata, debido a la abundancia de madera. Una barca en buen estado, si se quiere pintada con los colores de Cheikh Amadou Bamba, viene a salir por unos 20.000 euros. El viaje, una vez comprados los motores, la gasolina y las vituallas, viene a salir por entre 190 y 380 euros por persona, según el número de ocupantes. Las mafias llaman a esta modalidad de viaje completo "el pack del día D", en referencia al desembarco de Normandía. Más de 3.000 personas, según fuentes españolas en Senegal, buscan en estos días barca de huida sólo en Diogué.

La partida desde Casamance ofrece más garantías que zarpar desde San Luis, en el norte del país, casi al límite con Mauritania, el otro gran punto de las salidas. La travesía desde esta zona, aunque casi 700 kilómetros más corta, es más cara. Dos razones: hay más vigilancia policial y la madera en la zona es más cara. Los precios, de hecho, se van encareciendo, como se reconoce en las webs que publicitan el pack día D, según la zona de partida se acerca a Dakar. Por eso es más caro salir de las dos otras zonas de emisión, Kayar y Mboro, al norte de la capital senegalesa pero al sur de San Luis.

Los aparatos de GPS (orientación por satélite) localizados en los cayucos interceptados después de mayo marcaban San Luis como punto de partida. Los últimos fijan la zona de salida en Elinkine. Sin embargo, los fallecidos en la última tragedia migratoria en la fachada atlántica africana, que dejó 84 cadáveres sobre las playas de Mauritania, supuestamente había partido de Mbour, al sur de Senegal, pero por encima de Gambia, la otra gran zona de partida.

El desplazamiento a estas zonas ha sido provocado por los esfuerzos llevados a cabo en Mauritania para frenar la avalancha migratoria. Dos lanchas de la Guardia Civil están en viaje hacia Senegal para cortar el flujo, junto a tres barcos senegaleses y una la patrullera italiana. Dos aviones y un helicóptero les darán apoyo, para avistar los movimientos de embarcaciones. Hoy hay 15.000 cayucos en venta en Senegal, según las autoridades españolas. Los candidatos a la inmigración no están contados. Se les cuenta cuando llegan. Pero antes de que lleguen les dicen quienes les animan a viajar que en Canarias estarán mejor que en casa y que, sobre el espacio abierto de Schengen, podrán seguir su movimiento constante, como un fluido.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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