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Bruselas investiga con cuatro años de retraso la fusión E.ON y Ruhrgas

Andreu Missé

Al final y después del extremo rigor mostrado con las autoridades españolas en el caso de la OPA de E.ON lanzada sobre la eléctrica Endesa, Bruselas ha decidido analizar las condiciones de la fusión de las empresas alemanas, la eléctrica E.ON y la gasista Ruhrgas. Cuando esta operación de concentración fue aprobada en 2002, el Gobierno alemán se reservó la potestad de obligar a E.ON a desprenderse de la empresa gasista si era adquirida por una compañía no comunitaria durante los diez años siguientes.

Aunque nunca trascendió oficialmente el motivo real de esta condición los medios conocedores del sector energético, interpretaron que se trataba de una disposición dirigida a bloquear posibles compras por parte del gigante ruso Gazprom, que en aquel momento ya nadaba en una sobrada liquidez y había demostrado su avidez por adquirir empresas fuera de su país.

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Esta disposición fue utilizada por parte de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para justificar la condición 17 que fijó a E.ON para la compra de Endesa. Esta cláusula, calcada a la que impusieron las autoridades alemanas, establecía que si durante un periodo de 10 años una sociedad pretendía adquirir un porcentaje del capital superior al 50% en E.ON debería comunicarlo a la CNE.

Esta condición, como el resto de las fijadas por la CNE, fueron declaradas "ilícitas" por parte la Comisión Europea en su reunión del pasado martes en Estrasburgo. La evidencia de este distinto trato entre el celo empleado con España y la tolerancia con Alemania, según fuentes próximas a la Administración española, han obligado a la Comisión a abrir una investigación sobre la fusión alemana.

La apertura de un análisis sobre la concentración E.ON - Ruhrgas fue admitida implícitamente ayer por Oliver Drewes, portavoz del comisario de Mercado Interior y Servicios, Charlie McCreevy, que vigila la existencia de posibles limitaciones a la libertad de movimiento de capitales y a la libertad de establecimiento. Drewes, precisó no obstante, que no había una investigación formal en curso.

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