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A la sombra de la libertad

El 12 de octubre por la noche habrá un festival de rock en Valencia en el que los grupos gritarán todo tipo de consignas anticonstitucionales. Pese a que organizaciones de extrema derecha, por la imagen, piden a simpatizantes que olviden la violencia en actos del partido, no faltan patriotas amigos de las armas como "autodefensa". Como en la transición, la librería Tres i Quatre ha padecido ataques en los últimos meses; la librería de la Universidad de Valencia es ultrajada con pintadas cada vez más amenazantes y directas; también ha sido manchada la facultad de Filología. Un estudiante recibió una paliza cuando quiso impedir la entrada de exaltados a una exposición sobre Mauthausen que organizaba la Facultad de Derecho. Una pancarta festejando el asesinato del activista de izquierdas Guillem Agulló asomó en el derbi Levante-Valencia. La supervisión policial de la delincuencia ultra genera impactos. Pero, ¿podrían prohibirse actos de extrema derecha? "Sólo si instan al delito, sólo si van a transformarse en un algo delictivo", indica el subdelegado del gobierno en Valencia Luis Felipe Martínez. "Si no, prevalece el derecho a la libertad de expresión, aunque la presencia policial se encarga de que no derive en otra cosa".

La libertad de expresión ha permitido a grupos neonazis actuar en pleno centro de Valencia, donde el cantante de Batallón de Castigo y una miembro del dúo femenino FéminaSS gritaron todo tipo de consignas anticonstitucionales.

La extrema derecha valenciana juega con la estética del músculo y el gimnasio, y con unos nuevos códigos que se transmiten a través de la red.

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