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Análisis:Cataluña en precampaña
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Los ciudadanos, pixelados

Tomàs Delclós

El DVD son 53 minutos sobre los desastres del tripartito y el único remedio a ello, la propia CiU. No se trata de un filme. Es un anuncio. Demasiado largo. Los spots electorales, por definición, son maniqueos, pero duran poco. Aquí 53 minutos de buenos buenísimos y de malos malísimos son demasiados y se resiente algo fundamental: la verosimilitud de la crítica. Es verdad que los del tripartito han dado motivos para castigarlos sin merienda (visita a etarras en Perpiñán, corona de espinas en Jerusalén, discrepancias domésticas sobre energía e infraestructuras, crisis de Gobierno inconclusas y, como fin de fiesta, voto discrepante sobre el Estatuto). Pero los de CiU no hacen balance de Gobierno, sino antología de errores (verdaderos o endosados) y elaboran el discurso desde una poco creíble posición inmaculada. Ellos no son culpables de nada. A pesar de que Mas asegura que su estilo no es el "menosprecio a nadie", el hilo argumental de la pieza se basa en que CiU trabaja para Cataluña y el tripartito lo ha hecho todo sólo por ambición de poder. Y detrás, a la sombra, el gran arquitecto Montilla. Puestos a echar todas las culpas al tripartito hasta lo es del aumento del precio del petróleo.

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Un DVD de CiU con los "episodios negros" del tripartito desata una tormenta política

Sin entrar en contenidos. Dos detalles formales. Uno, los ciudadanos que dan su opinión sobre el Carmel o El Prat salen todos pixelados. No se escapa del píxel ni tan siquiera un osito de peluche. Sólo tienen rostro los policías, los políticos y algunos periodistas que aparecen sin su permiso. Este tratamiento crea una distancia formal entre los políticos, particularmente los de CiU que salen con sus mejores galas, y la ciudadanía, un ente clandestino, que contempla las bofetadas cortesanas sin que le acepten como sujeto de la historia.

Dos. Ahora que la campaña parece tan enfocada a vigilar si los líderes tienen suficiente nivel de catalán, los jefes de CiU deberían repasar el suyo. Cometen distintos tipos de faltas, desde las fonéticas y sintácticas, con especial ignorancia de los pronombres débiles ("no li van fer president", "els hi volia evitar el problema") a las de vocabulario ("renta", "el restu", "cómudus")...

Dedicar tanto dinero a hablar mal de las marcas competidoras y no explicar por qué el mío lava más blanco es algo que desaconsejan todos los manuales de publicidad. El discurso angélico que fabrica CiU sobre sí misma en el DVD frente a la "época oscura y conspirativa" del tripartito es demasiado obvio en las intenciones. Este vídeo es demasiado largo y caro para quedarse en mera picardía propagandística. Tanto sesgo resulta a veces contraproducente.

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