_
_
_
_
_

El PNV cede a cambio de un pacto sobre el cupo y 70 millones más

Carlos E. Cué

Hasta el último minuto antes de comenzar el debate, el PNV amagó con mantener su enmienda, algo que sin embargo ninguno de los negociadores contemplaba. A pesar de la dificultad de encontrar un pacto, especialmente sobre el asunto del cupo vasco, el PSOE tenía un último resorte que no puede ser reconocido públicamente, pero ha estado muy presente en la negociación y daba mucha tranquilidad al Gobierno: los nacionalistas necesitan los votos del PSE para aprobar los presupuestos vascos. Durante este fin de semana se han producido conversaciones "al más alto nivel", según fuentes de ambos partidos, para desbloquear la situación. La participación del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, negociador del año pasado, también ha sido clave, según fuentes conocedoras de las conversaciones.

En resumen, según fuentes nacionalistas y socialistas, se ha acordado un aumento de 70 millones de euros en las inversiones del Estado previstas en el País Vasco y sobre todo se han plantado las bases para renovar el cupo "de forma continuista", esto es, como hasta ahora más el aumento del IPC.

El diputado del PNV Pedro Azpiazu explicó en la tribuna que el cupo "no es un privilegio" y supone 1.500 millones de euros al año (750 por ciudadano) que el Gobierno vasco, que cobra todos los impuestos y gestiona el dinero de esa comunidad, entrega al Estado por las competencias no transferidas, como prisiones, o no transferibles, como la defensa nacional.

Propuesta "continuista"

La negociación de la fórmula para calcular el cupo vasco en los próximos cinco años, que ha quedado perfilada, debe cerrarse antes de final de año, cuando vence el anterior acuerdo. El pacto para ese "cupo continuista" es un punto intermedio entre lo que reclamaban ambos. Mientras Economía pretendía actualizar el cálculo al alza porque entiende que el crecimiento económico de todos estos años ha convertido el cupo en una cantidad muy pequeña para la capacidad económica real del País Vasco, el Gobierno de Vitoria pretendía reducir aún más esa cifra con la excusa del coste de la aplicación de la ley de dependencia y la ley de educación.

El PNV votó en contra de estas leyes precisamente porque pensaba que le iban a costar mucho dinero al Gobierno vasco. La negociación está atascada ahí. El Ejecutivo de Vitoria quiere que, para cubrir la parte de la ley de dependencia que corresponde al Estado y que éste va a pagar a las demás autonomías, en Euskadi se resuelva minorando el cupo en una cantidad que supone un 6,24% del total del gasto de dependencia, porque ésa es la cifra sobre la que se basa el cupo. Economía quiere que ese porcentaje sea menor, porque Euskadi tiene menos ancianos que otras comunidades, por ejemplo. Los vascos también quieren que esto se discuta en una comisión bilateral, mientras el Gobierno exige que el reparto de todo el dinero de la dependencia se discuta con todas las comunidades a la vez en una reunión sectorial.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_