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Reportaje:La campaña electoral en Cataluña

El tripartito copa la foto del Camp Nou

Maragall, cinco consejeros y los candidatos de izquierda estarán en el palco en el Barça-Chelsea

Àngels Piñol

Convergència i Unió (CiU) dio el sábado un último golpe de efecto en la campaña electoral al lograr que Artur Mas y Joan Laporta, presidente del Barça, desayunaran en una terraza en la Rambla de Catalunya rodeados de fotógrafos y cámaras. CiU fue la primera en lograr la preciada imagen -el socialista José Montilla la tuvo un día después-, y quizá por ello apenas habrá presencia convergente hoy en el palco del Camp Nou para ver el Barça-Chelsea. El protagonismo se lo llevará el tripartito, con el presidente Pasqual Maragall a la cabeza y cinco de sus consejeros, en la que será su última puesta en escena antes de las elecciones. Montilla, Josep Lluís Carod Rovira, candidato de ERC, y Joan Saura, de Iniciativa, pero en calidad de consejero de Relaciones Institucionales, estarán en el palco.

Mas verá el partido con su hijo desde su butaca y Piqué opta por quedarse en casa
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Mas verá el encuentro desde su butaca de abonado junto a su hijo, mientras que el popular Josep Piqué, socio culé desde hace 30 años, todavía indignado con los retratos de Laporta con Mas y Montilla, ha optado por quedarse en casa y ceder su asiento a su hija. La fotografía de la Rambla de Catalunya irritó a socialistas y populares -"todo se politiza y el Barça, también. Y esto acaba por ahogar el carácter emprendedor de los catalanes", deploró Piqué con solemnidad- y despertó indiferencia en ERC e ICV. Protagonista hasta el final, Mas mostró su sorpresa ante el revuelo formado. "Laporta me llamó para invitarme al partido, pero le dije que prefería ir a explayarme a mi butaca. Entonces, él me dijo: 'Hombre, podríamos vernos, que no lo hacemos desde el verano'. Y quedamos para desayunar. Pásese usted a las nueve de la mañana por la Rambla de Catalunya y verá que sólo hay cuatro personas", dijo Mas a RACC 1. "Es cierto que la direción de la campaña pidió a Jan Laporta si tenía inconveniente en que se tomara una fotografía del encuentro y dijo que no. Ni le pedí el voto ni me lo prometió".

Mas se esforzó en mostrar cierta inocencia, pero no es esta la primera vez que Laporta se retrata con él. En septiembre de 2003, en plena precampaña electoral, Mas, entonces conseller en cap, acudió a una reunión de peñas culés en Granollers donde se fotografió con Laporta, declarado nacionalista y distinguido entonces con el aureola de hombre ganador tras haber alcanzado la presidencia del Barça tres meses antes. Personas del círculo del dirigente azulgrana no discuten la oportunidad del almuerzo del sábado, pero subrayan que éste no esperaba tanta profusión de cámaras. Quizá Laporta pensó que el acto sería más discreto y que la fotografía acabaría colgada en la página web del partido. Parece que se enfadó un poco y que incluso anunció a Mas que inmediatamente después del desayuno llamaría a José Montilla para concertar otro desayuno con él.

No a todos los miembros de la directiva del Barça les ha agradado la foto con el líder de CiU, y menos la segunda con Montilla, por ser forzada en un juego de falsos equilibrios. Tampoco a muchos oyentes. La mayoría de encuestas que se hicieron ayer en varios programas de radio y televisión se inclinaron por censurar el encuentro y preferir que el Barça, por su transversalidad, se mantenga al margen de contiendas electorales. Miembros de la junta directiva disculpan a Laporta por una razón: dice que siente gratitud hacia Mas y el ex presidente Jordi Pujol por ser de los pocos que, en público, le defendieron el pasado verano cuando corrió el riesgo de ser inhabilitado por el Tribunal Catalán del Deporte por no haber convocado elecciones en el club.

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No se sabe si también hicieron gestiones en privado, aunque Rafel Niubó, ex secretario general del Deporte de la Generalitat, de ERC, lo negó. "No podían. Ese tribunal es independiente de la Generalitat", dijo no sin mostrar indiferencia por la fotografía: "Para nosotros no hay caso, no es nuestra forma de actuar". Saura, en su día jugador del Barça, optó por la ironía: "Yo no me haría la foto, pero cada uno es muy libre. Estamos habituados a la irrupción de la jerarquía eclesiástica y deportiva en las campañas".

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