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El proceso para el fin del terrorismo

El Gobierno responde a ETA que "las reglas del proceso son inamovibles"

El Ejecutivo cree asistir a un pulso de la organización terrorista, pero no ve que haya riesgo de ruptura

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno respondió ayer al contenido del último Zutabe de ETA, dado a conocer el viernes, en el que la banda le reclamaba al Ejecutivo "compromisos". El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró desde Santoña (Santander) que el texto de la banda terrorista "no alterará las reglas democráticas de diálogo" que marcó el Gobierno, porque "son inamovibles". Rubalcaba apeló a la firmeza en el cumplimiento de las reglas del proceso de paz, que quedaron establecidas en la resolución parlamentaria de mayo de 2005 y a la declaración institucional del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, el 29 de junio, que fijan la hoja de ruta del Gobierno en el proceso de fin dialogado del terrorismo. Antes de su intervención, el ministro del Interior conversó con el presidente del Gobierno, de viaje en Montevideo (Uruguay) para asistir a la XVI Cumbre Iberoamericana. Rubalcaba le informó de que el Zutabe está redactado antes del robo de armas en el sureste de Francia, hace 12 días, e incluso el análisis que la banda realiza de las conversaciones entre los partidos vascos no corresponde con la situación actual, sino que es anterior. El Gobierno, por la información de que dispone de la propia ETA, obtenida por los canales habituales, rechaza la posibilidad de que la banda rompa el proceso. Además, no le ha pasado inadvertido que el diario Gara, próximo a la izquierda abertzale, titula el texto de ETA tomando su aspecto más positivo e incluso evita publicar algunos de los aspectos más duros del Zutabe, como la amenaza de ETA al Gobierno de que los acuerdos en la mesa de partidos tienen que afectar a los "cuatro territorios" (Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra) o el emplazamiento a Francia y España de que "continuará la lucha" si no muestran en los próximos meses "voluntad de solucionar el conflicto". El Gobierno cree que Gara ha valorado que esos aspectos de Zutabe no casan con la situación actual. El Gobierno mantuvo ayer una posición de firmeza ante lo que cree que es la clave del Zutabe: un pulso de la banda a las reglas del propio proceso. Este aspecto lo reveló Rubalcaba cuando dijo que el proceso de paz "tiene sus ritmos", y que "en este momento es el de fijar las reglas en las que se puede desarrollar ese diálogo". En su insistencia en poner en valor estas reglas, recalcó que "el Gobierno tiene tanta determinación para acabar con la violencia, como firmeza para mantener esas reglas". Según el Ejecutivo, el primer requisito de las reglas del proceso, al que se va a seguir ajustando, es que sólo habrá diálogo con ETA cuando la banda dé muestras "inequívocas" de cese de la violencia. Dicho diálogo aún no ha empezado formalmente, tras más de siete meses de alto el fuego. Zapatero mostró su disposición al mismo el 29 de junio, pero ETA dejó pasar el verano sin que se materializara. La banda prefirió que los partidos vascos avanzaran hacia un preacuerdo para constituir la mesa política, la otra pata del proceso. Ahora, el problema para abrir el diálogo formal con ETA lo tiene el Gobierno, pues la resolución de mayo de 2005 se lo impide al requerir "signos inequívocos" de cese de la violencia. La noche del viernes se registró un ataque con botellas incendiarias contra la Casa del Pueblo de Txurdinaga (Vizcaya). Rubalcaba lo puso ayer de ejemplo de violación de las reglas por parte de ETA, y recordó que para abrir el diálogo "el requisito es la ausencia de violencia". El segundo requisito del Gobierno es que sólo abordará el fin de la violencia y las medidas penitenciarias para los presos etarras, acorde con los avances a ese fin. Y el tercero es que el futuro político de Euskadi sólo lo decidirán los partidos vascos, y para que la izquierda abertzale participe debe tiene que asumir la legalidad. Rubalcaba resumió ayer estas reglas en una frase: "Tienen un requisito previo: que no haya violencia. Tienen una metodología, que es el diálogo, y tienen un marco para ese diálogo, que es la legalidad vigente". "Los señores de ETA saben lo que hay. De ahí no nos vamos a mover ni una coma. Hay que atenerse a las reglas y no se cambian ni con comunicados ni con chantajes ni con ningún tipo de acción", rubricó. Un aspecto positivo que destaca el Gobierno es la disposición de los terroristas a sentarse con el Gobierno para abordar el cese de la violencia y las consiguientes medidas para sus presos. ETA rehusó hacerlo en verano, con la pretensión de que, previamente, los partidos vascos avanzaran hacia un preacuerdo sobre la mesa de partidos. Como aspecto negativo, el Gobierno anota, igual que en otros textos de ETA emitidos durante el alto el fuego, su pretensión de seguir incidiendo en la parte política del proceso. La propuesta de Anoeta que aprobó Batasuna, en noviembre de 2004, separaba "el ámbito político del militar". El Gobierno confiaba en que ETA, progresivamente, cediera a la izquierda abertzale el protagonismo político en el proceso, y la banda fuera limitándose a la "desmilitarización" y presos, "pero no está siendo así". En esta línea, al Ejecutivo le resulta "preocupante" la posición de ETA contraria a que la izquierda abertzale se acoja a la Ley de Partidos, con nueva marca y estatutos, como mejor garantía para su legalización.

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