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El futuro de Cataluña

Carod anunció ayer a Mas que declinaba su oferta de coalición

ERC inclina la balanza en favor de un nuevo Gobierno de izquierdas

Enric Company

La incertidumbre ha durado poco. Después de que el PSC rechazara el viernes la formación de un Gobierno con CiU, le tocaba a Esquerra Republicana (ERC) decidir entre una alianza con CiU (69 escaños) o con los otros dos partidos de izquierdas (70 escaños). El presidente de ERC, Josep Lluís Carod, anunció anoche, a las diez y media, que su partido ha optado "por un acuerdo de gobierno con el PSC y con Iniciativa Verds".

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Antes de anunciar la decisión, en una conferencia de prensa en la sede de ERC transmitida en directo por la radiotelevisión autonómica, Carod la comunicó por teléfono al líder de CiU, Artur Mas. La opción tomada por ERC aparta inapelablemente a Mas de la carrera hacia la presidencia de la Generalitat y relega a CiU a la oposición.

Los republicanos se han inclinado por forjar de nuevo una mayoría de izquierdas, según explicó Carod, al ver que "la primera prioridad" de CiU era un Gobierno con el PSC. Y que la preferencia del PSOE, e incluso la del PP, era también "un Gobierno de CiU con el PSC y sin ERC".

Carod recordó que Esquerra había anunciado durante la campaña electoral que su partido sólo apoyaría un Gobierno "que se decidiera en Cataluña". Y que esa condición sólo se da respecto a un Gobierno de su partido con PSC e Iniciativa Verds. Destacó también que la opción tomada es la única que permite continuar las políticas sociales y de bienestar "comenzadas a aplicar por el anterior Gobierno catalán".

Carod dirigió también un mensaje claro a los sectores de su electorado que pudieran preferir el frente nacionalista con CiU. Las reuniones de estos días con Artur Mas, con el socialista José Montilla y con el presidente de ICV, Joan Saura, le han convencido, dijo, de que ninguno de los tres tiene "un planteamiento nacional que vaya más allá del mero desarrollo del Estatuto de Autonomía". Es decir, que para un independentista no hay diferencias entre CiU y PSC o ICV.

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Una de las lecciones que los tres partidos de izquierda han aprendido desde 2003 es que no es bueno tener al electorado pendiente durante semanas y semanas de cuestiones como la formación de mayorías parlamentarias, la composición de los Gobiernos o el sentido de su voto en los grandes asuntos, como el referéndum del Estatuto, por ejemplo. Esquerra está muy interesada en dejar claro ante el electorado que quiere corregir errores del pasado reciente y de momento ya ha evitado caer en uno de los que marcaron el inicio de legislatura de 2003. Nada de estar semanas y semanas deshojando la margarita entre un Gobierno con CiU o con los otros dos partidos de la izquierda catalana. Carod lo subrayó ayer. La decisión se ha tomado tan pronto como era materialmente posible, es decir, inmediatamente después de conocer de primera mano las pretensiones de los dos candidatos a la presidencia de la Generalitat y a formar Gobierno, José Montilla y Artur Mas.

Los republicanos consideran positivo para ellos que Artur Mas planteara la campaña electoral como un plebiscito entre CiU y las izquierdas. Los tres partidos de izquierda acudieron divididos a las elecciones, pero el planteamiento de CiU les empujaba a unirse de nuevo. Lo primero que dijo Carod en la noche del 1-N, cuando los avances sobre los resultados ya dejaban claro que CiU no alcanzaba los 50 escaños, fue esto: "Quien planteó las elecciones como un plebiscito contra el tripartito, ha perdido". Los números finales lo sentenciaron: 70 escaños para los tres partidos de izquierda, 48 para CiU.

El descarte de CiU

Entre los dirigentes de ERC se consideraba que su partido debiera haber considerado seriamente la eventualidad de formar un Gobierno con CiU en el caso de que Artur Mas hubiera obtenido más de 50 escaños y el PSC menos de 40. El replanteamiento de las alianzas hubiera sido también inevitable si la propia ERC no hubiera alcanzado los 20 escaños.

Pero conservó 21 de los 23 que tenía. La combinación de los guarismos ha permitido a los republicanos una fácil digestión de su retroceso. Artur Mas no se reveló como un líder capaz de promover un gran salto para CiU. La pérdida de dos escaños por ERC fue interpretado más como un aviso que como un castigo. La pérdida de cinco escaños por el PSC se compensaba en gran parte por los tres que ha ganado ICV-Esquerra Unida.

El PP ve un Ejecutivo "de perdedores"

El portavoz del PP en el Parlamento catalán, Francesc Vendrell, afirmó ayer que la reedición del tripartito supone "un gobierno de perdedores" porque las tres candidaturas de izquierdas han sufrido un "fuerte castigo electoral, sobre todo el PSC". Vendrell afirmó que el pacto supone "la segunda derrota de José Luis Rodríguez Zapatero" en pocos días: la primera, la noche electoral; la segunda, con el acuerdo, ya que "todos sabían que el PSOE y Zapatero apostaban por la sociovergencia, y han perdido".

La Comisión Permanente de la Ejecutiva Federal del PSOE se reunirá hoy para analizar el acuerdo. El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, expresó su satisfacción por la reedición del tripartito y advirtió al PSOE de que este acuerdo le obliga de nuevo a "mirar a los partidos de izquierda" para asegurar su estabilidad en el Parlamento.

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