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El PNV cree que la banda terrorista deja poco margen de acción al Gobierno

El PNV considera que los últimos pronunciamientos de ETA, el más reciente de ellos el Zutabe (boletín interno) difundido por Gara y Berria el viernes, están "achicando demasiado el espacio" al Gobierno y que las reivindicaciones de la banda dejan "poco margen" de actuación en el proceso del fin del terrorismo. Destacadas fuentes de la formación nacionalista no descartan, en estas circunstancias, "ningún horizonte" en la marcha del proceso. ETA acusa en el Zutabe directamente al PNV y al PSOE de haber dejado pasar "un tiempo precioso" en los últimos meses y retrasar la creación de una mesa de partidos desde que en mayo pasado entrase en vigor el alto el fuego.

En la formación nacionalista se considera que las reglas de juego del proceso están claras y se duda sobre las intenciones de la propia banda y de quienes la controlan en la actualidad. Las mismas fuentes se muestran convencidas de que los principales dirigentes de la ilegalizada Batasuna han optado claramente por la vía política, pero dudan de que tengan control sobre la organización terrorista.

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Los últimos ataques de la kale borroka se han centrado precisamente en sedes del PSE, el pasado viernes en el barrio bilbaíno de Txurdinaga, y del PNV, el día 1 en Zumarraga (Guipúzcoa).

Mientras, el PNV celebró ayer en su sede central en Bilbao el Gudari Eguna (Día del Soldado Vasco), en que rinde homenaje a los nacionalistas que lucharon contra las tropas de Franco en la Guerra Civil. El presidente del partido, Josu Jon Imaz, aprovechó la ocasión para recordar los límites que ha puesto su partido al proceso de paz: "La pacificación será definitiva cuando, junto con las armas, cese también el esquema impositivo que trata de justificarlas, el de que todo vale para conseguir objetivos políticos". Imaz destacó que la ciudadanía vasca puede ser "generosa" en nombre de la reconciliación, pero que "no va a permitir que nadie tutele con las armas" y el "totalitarismo" sus ansias de libertad.

Ante unos 30 gudaris y sus familias, Imaz recalcó que está abierta una oportunidad para la paz y reivindicó el trabajo hecho por su formación en las últimas tres décadas. Negó que los acuerdos a los que puedan llegar los representantes políticos vayan a estar "condicionados por una ETA que no ha sido capaz de aceptar la voluntad mayoritaria de los vascos ni la legitimidad democrática de las instituciones".

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