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Reportaje:

15 ciudades pelean por 2016

Las elecciones municipales avivan la carrera por la Capital de la Cultura - Un comité de expertos eliminará entre 10 y 12 candidatas este año

Tereixa Constenla

¿Hay alguna ciudad española que no aspire a ser Capital Europea de la Cultura en 2016? Alguna queda, pero no muchas. Que no se apuren: hasta el 12 julio están a tiempo de presentarse.

A día de hoy, 15 candidaturas pugnan por lucir una corona que España compartirá con Polonia en 2016. La multitudinaria carrera está justificada. La corona no es sólo honorífica. Lava la cara urbana, reporta proyección internacional y proporciona beneficios: el turismo crece durante ese año alrededor del 12%.

Lo que está por ver es la influencia de un acicate fortuito: las elecciones municipales de 2011. Para entonces un comité de expertos habrá eliminado entre 10 y 12 ciudades (lo hará a finales de este año). Superar la criba -lo harán entre tres y cinco, según el Ministerio de Cultura- dará alas a los alcaldes y es previsible que el fracaso espolee las críticas. No es un gran cartel electoral ir a las urnas con el varapalo de haberse caído de la carrera, lo que invita a cuestionar si las 15 aspirantes seguirán en pie en junio de este año. "Podría ser algo suicida para un alcalde que quiere repetir", comentan en una candidatura.

Dos ciudades de Castilla y León y otras dos andaluzas rivalizan entre sí
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A estas alturas, sin embargo, resultaría descabellado renunciar a la carrera para Carmen Heras, alcaldesa de Cáceres (PSOE). "Decir ahora que no nos presentamos no sería entendible por nadie", esgrime.

Que es justo lo que hizo el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo (PP), el pasado miércoles al anunciar que se retiraba de la tricéfala candidatura asturiana, Oviedo-Gijón-Avilés ("fracasada desde el comienzo", en su opinión), que había impulsado el Gobierno del Principado (PSOE-IU). Pero, la marcha atrás duró 24 horas. Al día siguiente, el regidor accedió a encabezar el proyecto, aunque crea poco en él: "Se ha perdido un año mientras otras ciudades han trabajado duro", lamenta. La respuesta masiva española se debe al nuevo sistema de elección. En 2006, Bruselas fijó el turno de países que acogerían la Capital de la Cultura y el procedimiento. La decisión se arrebató al arbitrario criterio de los Gobiernos a favor de la competencia entre urbes, evaluadas por jurados.

"Que se presenten tantas es buenísimo. Se nos obliga a limpiar la casa", tercia Rafael Doctor, director de la Fundación Santander 2016 y ex director del Musac (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León). "Es bueno porque se produce una dinámica de desarrollo cultural", coincide Nuria Preciado, directora gerente de Segovia 2016.

Rafael Doctor está revolucionando la ciudad cántabra, rebautizada como "Santadeuropa". "Para ser capital europea antes tenemos que conocer Europa y saber qué es". Hasta dónde se conoce el proyecto tiene un marcado acento pedagógico. Porque esta carrera se afronta con cartas secretas. "Si te digo lo que voy hacer, me lo pueden copiar", se evade Doctor. No es el único. Las ideas se ocultan como la fórmula de la coca-cola. De la propuesta cultural dependerá la valoración del comité. Cada una compite con armas y velocidades distintas. Santander tiene el respaldo de Emilio Botín, presidente del BSCH. O sea, dinero, aunque Doctor enfría expectativas: "No somos de las peor dotadas, pero no somos la más".

En San Sebastián optan por realzar valores universales (la paz, la convivencia). "No es tanto un programa de eventos, que los habrá, como de apuesta por las personas", expone la directora de la Oficina de la Capitalidad, Eva Salaberria. "Es un proyecto coral, de construcción colectiva", añade. El ejemplo es el festival Rompeolas, que invita a la osadía creadora. El espíritu está en una palabra euskera sin traducción: olatu-talka. "La usan los surfistas cuando dos olas se cruzan y al chocar producen una nueva".

Ya en 2001, todos los grupos de Córdoba se comprometieron en pro de la candidatura. Desde entonces han consolidado singulares citas como Cosmopoética (Premio Nacional de Fomento de la Lectura), la Noche en Blanco del Flamenco o el Festival de la Guitarra. Para 2010 tienen un presupuesto de 620.000 euros. "Tenemos el borrador casi ultimado, hecho sin prisas", defiende Carlota Álvarez Basso, gerente de la Fundación Córdoba Capital Cultural.

No es la única ciudad andaluza que pelea por 2016. Málaga también, aunque sin la intensidad ni la premura de sus vecinos. En Castilla y León ocurre otro tanto con Burgos y Segovia rivalizando. Segovia fue la primera, en 2006. "La candidatura estaba ya en el plan estratégico, pero es positivo para la región que haya dos ciudades. Llegado el caso de que una resultase elegida habría cooperación con la otra, aunque ahora se dé una competición entre ciudades", reflexiona Nuria Preciado, directora gerente de Segovia 2016.

Cáceres fue otra de las que se sumaron a la carrera pronto. Y una de sus medidas propagandísticas de alcance fue el patrocinio del equipo de baloncesto local, el Cáceres 2016, desde hace tres temporadas. Entre las recién llegadas figura Murcia, que lo hizo en 2009. Carece de web (igual que la tríada asturiana) y de un organismo específico porque prefieren llegar ligeros de equipaje a la criba. "No queremos crear una fundación para dejarla sin sentido si no pasamos el corte", admite la concejal de Cultura, Fátima Barnuevo.

MARCOS BALFAGÓN

Ministros poco neutrales

Miguel Ángel Moratinos va con Córdoba y Cristina Garmendia, con San Sebastián. Que vayan con sus ciudades de origen, como en el caso de la titular de Innovación, o de circunscripción electoral, como el de Asuntos Exteriores, no debe sorprender. Ahora bien ¿deberían guardarlo para la intimidad? ¿Pueden airearlo y hacer campaña?

En diciembre de 2009, Garmendia se adhirió al proyecto de San Sebastián 2016 como "embajadora", según la web. Y en marzo de 2008, antes de las elecciones, en una entrevista en el diario Cordoba, Moratinos reafirmaba su respaldo a la candidatura de la ciudad y lo ampliaba a todo el Gobierno. No era un farol. Unas semanas antes, el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, había hecho añicos la neutralidad en otra entrevista: "Apoyamos que Córdoba, como la ciudad universal que es, sea declarada Capital Cultural Europea en el año 2016". Ante el revuelo causado por Zapatero en su día -motivó una llamada de alarma del presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, a Moncloa- se matizaron las palabras. De aquí al final del proceso de selección, será difícil que Zapatero caiga en otro renuncio similar.

La rivalidad entre Málaga y Córdoba también ha causado varios quebraderos de cabeza al Gobierno andaluz, aunque ahora mantengan una objetividad exquisita en números: 50.000 euros al año a cada una, según Carlota Álvarez Basso.

"Todo el mundo debe saber estar en su sitio", reclama la alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras. "El presidente no debería haberse pronunciado a favor de una candidata", reprueba Fátima Barnuevo, la concejal de Murcia. "Confío en que haya sido una metedura de pata, porque la Comisión pretende que trabajemos todas y gane la mejor", concluye Rafael Doctor.

La competición

- Aspirantes: Alcalá de Henares, Burgos, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Las Palmas, Málaga, Murcia, Oviedo-Gijón-Avilés, Pamplona, San Sebastián, Santander, Segovia, Tarragona y Zaragoza

- Jurado: 13 expertos "sin conflicto de intereses con las ciudades" y "conocimientos especializados considerables en el ámbito de la cultura". 7 son propuestos por organismos comunitarios y 6 por el Ministerio de Cultura.

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Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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