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Ola de cambio en el mundo árabe | Revuelta popular en Libia

Guerra de guerrillas en la frontera

Las tropas de Gadafi y los rebeldes juegan al gato y al ratón en el desierto

Muamar el Gadafi tiene controladas las fronteras occidentales de Libia. Además del puesto de Ras el Ajdir, muy cerca de la costa, las tropas del dictador han recuperado posiciones más al sur, concretamente en el paso de Dehibat. Un grupo de soldados controlaba ayer el acceso, en pleno desierto, rodeado de unas pequeñas elevaciones sobre el terreno con la cumbre aplastada, que se conocen como los montes de Ramda. Ondeaba en el puesto la bandera verde de los partidarios de Gadafi y un gran cartel con la imagen del líder.

Más que una guerra, la situación en el lado libio se parece más al juego del gato y el ratón, según se desprende de los testimonios de un reducido grupo de periodistas que consiguió entrar por el paso hace tres días, cuando la carretera no estaba tomada. Los militares afines a Gadafi persiguen a los comités revolucionarios en las inmediaciones de una ciudad llamada Nalut, a 68 kilómetros de la frontera. Esa ciudad está tomada por las fuerzas rebeldes pero resulta difícil moverse cerca de ella. Armados con Kaláshnikov y ayudándose de unos prismáticos, los miembros de los comités revolucionarios rastrean las rutas libres que dejan las fuerzas leales al dictador y aprovechan los recovecos de un terreno inhóspito y ocre de casas incrustadas en las montañas muy similar al del planeta Tatooine de La guerra de las galaxias. De hecho, no muy lejos de la frontera, a unos 125 kilómetros, se encuentra la ciudad tunecina, Tataouine, que dio origen al planeta de ficción y donde se rodaron muchas escenas de la saga.

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Como los moradores de las arenas que salían en aquella película, los rebeldes se desplazan lentamente por el terreno. "Es muy difícil moverse entre las ciudades, muy peligroso", dijo ayer en la frontera un fotógrafo del grupo de periodistas que conseguió entrar y logró salir evitando el paso tras dos días estancado en Nalut. "La gente tiene mucho miedo a salir para abastecerse y procura no moverse de las casas por temor a encontrarse con una patrulla".

Quienes sí están haciendo acopio de provisiones son los soldados de Gadafi. Varios testimonios de tunecinos de la zona describieron cómo un avión libio se adentró el martes en territorio tunecino y cuándo aterrizó en territorio libio y descargó una gran cantidad de víveres. Según estos testimonios, una camioneta de los militares se acercó después y se llevó la carga hacia el interior.

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La situación allí es un buen ejemplo de lo que está pasando en el oeste del país. Las tropas del coronel Gadafi han perdido algunas ciudades vitales como Zauiya, a 50 kilómetros de Trípoli por la carretera de la costa. Sus fuerzas han lanzado ataques a esos lugares pero los rebeldes han conseguido repelerlos. Pese a esa debilidad, Gadafi no ha perdido el control de los caminos. Cerca de Zuara, la primera ciudad importante con la que uno se topa en el camino a Trípoli, hay una base militar que se mantiene leal al dictador y que corta cualquier posibilidad de acercarse a las ciudades por esa carretera desde Ras el Ajdir.

En ese último punto, el paso fronterizo principal hacia Libia, se amontonan desde hace unos días los miles de refugiados que huyen de la guerra en el país. Todos cuentan historias similares: que les sacaron del trabajo y les pegaron, que les quitaron los móviles para impedir que hicieran fotos y que les obligaron a dar un rodeo en su éxodo para evitar las ciudades que los rebeldes habían tomado.

La llegada de las ONG y organismos internacionales para atender a los refugiados ha mejorado un poco las cosas en Ras el Ajdir y la sensación es que el ritmo de llegada no es tan intenso como el de hace dos días, cuando 20.000 personas colapsaban la frontera. La respuesta médica al problema está cubierta y todos los esfuerzos se concentran ahora en el traslado de los refugiados en barco o por avión a sus países de origen.

Organizaciones como Médicos sin Fronteras están ya en el terreno para atenderles. Ivan Gawton, uno de los coordinadores de la ONG, señaló que su principal objetivo es entrar en Libia. "Tenemos contacto con los médicos de allí y nos dicen que hay muchas casos de emergencia. Tenemos un equipo de cirujanos y material quirúrgico y queremos entrar, pero las autoridades libias nos bloquean el paso", explicó.

Un cartel con la imagen de Muamar el Gadafi preside el paso fronterizo de Dehibat, entre Libia y Túnez.
Un cartel con la imagen de Muamar el Gadafi preside el paso fronterizo de Dehibat, entre Libia y Túnez.GORKA LEJARCEGI
Camino de Dehibat, una ciudad tunecina al sur a unos 250 kilómetros de la costa.
Camino de Dehibat, una ciudad tunecina al sur a unos 250 kilómetros de la costa.GORKA LEJARCEGI

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