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Reportaje:

"Nunca nos hemos aprovechado"

Los padres de Arantxa Sánchez Vicario responden a la tenista

La foto está rota. A cada triunfo de Arantxa Sánchez Vicario le seguía invariablemente su instantánea junto a Marisa, su madre, y el trofeo. Es imposible que esa situación se vuelva a dar. Esta semana, la extenista publica ¡Vamos!, sus memorias, en las que arremete contra sus progenitores. "Me han dejado sin nada; no me hablo con mi familia", escribe.

Esa afirmación encontró ayer respuesta en un comunicado: "Nos acusa de dejarle en la ruina, de quitarle todo, con un rencor y resentimiento dignos del peor de los enemigos", recordó su madre, cuyos abogados estudiarán el libro cuando llegue a las librerías. "Nosotros vivimos 20 años por y para ella. Lo dejamos todo de lado e hipotecamos nuestra vida y nuestro matrimonio. (...) Está claro que fracasamos con ella. A la que más dimos resulta que, cumplidos los 40, se da cuenta de que todo en su vida es por culpa nuestra".

Marisa lleva años reflexionando sobre las claves de su existencia. Emilio, su marido, sufre cáncer y principio de alzhéimer. Ella, según fuentes de su familia, cavila sobre si fue una madre demasiado estricta con la jugadora. A los 20 años, Arantxa debió pactar con Marisa que solo le acompañara a los cuatro torneos grandes, no a todos como a principios de su carrera. La tenista vio cómo su padre discutía con sus numerosos técnicos sobre estrategia.

El éxito marcó la carrera de Arantxa. Hoy, el partido es otro. La extenista cree que sus familiares dilapidaron su fortuna. Estos, lo contrario. "Quedará, desde luego, muy claro", escribe su madre, "que nosotros nunca nos hemos aprovechado de Arantxa y que, por supuesto, no está arruinada".

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