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EE UU descubre en Bagdad otra cárcel secreta controlada por el Ministerio del Interior iraquí

Soldados norteamericanos e iraquíes localizan a 625 presos suníes hacinados y con signos de maltratos y torturas

Fuerzas estadounidenses e iraquíes han hallado a 625 presos suníes hacianados, trece de ellos con signos de haber sido torturados, en un centro de detención secreto en Bagdad controlado por un comando especial del Ministero del Interior iraquí, según informan los diarios The New York Times y The Washington Post, que citan fuentes del Ejército estadounidense.

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El hallazgo tuvo lugar el pasado jueves en la capital iraquí, y es el segundo de este tipo que llevan a cabo los soldados estadounidenses. El pasado 15 de noviembre localizaron en un edificio de Bagdad un búnker controlado también por el Ministerio del Interior en el que se sometía a torturas y maltratos a 169 presos suníes, la comunidad árabe minoritaria en Irak.

Esta vez, las tropas estadounidenses han entrado en la cárcel secreta y han descubierto a cientos de presos en condiciones de "hacinamiento", lo que ha motivado el traslado de todos ellos a otro lugar. "Trece fueron evacuados por razones médicas y enviados al hospital", ha dicho el coronel Guy Rudisill en una entrevista telefónica con The New York Times en la que no ha especificado qué signos de abusos y torturas, de haberlos, presentaban esos reos. Según este militar norteamericano, las autoridades iraquíes están investigando este nuevo caso de presuntas torturas. El Ministerio del Interior aún no se ha pronunciado al respecto.

Milicias

El ministro del Interior es Bayan Jabr, un destacado miembro del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Irak, un partido chií que cuenta con un brazo armado de milicianos entrenados en Irán. Fuentes oficiales iraquíes consideran que Jabr ha reclutado a muchos de esos milicianos para llevar a cabo la lucha sucia con torturas, maltratos y asesinatos de árabes de la minoría suní, que ocupó amplias parcelas de poder durante la dictadura de Sadam Husein.

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Los líderes suníes denunciaron con dureza al Gobierno iraquí, con fuerte representación chií, después del hallazgo del primer búnker, y muchos de ellos han utilizado este argumento en la campaña electoral para las elecciones parlamentarias que se celebran este jueves en el país árabe. Además, la revelación de las torturas dio paso a una ofensiva diplomática de la Embajada estadounidense en Bagdad para forzar al Gobierno iraquí a depurar las fuerzas de seguridad para evitar la presencia de milicianos chiíes. Al mismo tiempo, asignó a miembros del Departamento de Justicia a la investigación abierta por las autoridades iraquíes, aún en curso, para esclarecer las responsabilidades en el establecimiento de estos peculiares centros de detención.

El Gobierno iraquí, por su parte, se comprometió a detener y juzgar a los responsables. El viceministro del Interior, Hussein Kamal, admitió entonces que los presos fueron tratados "de forma inapropiada" y que habían sido objeto de "abusos". "Es la peor situación que he visto en los dos últimos años en Bagdad", admitió. Y añadió: "He visto signos de abusos brutales; uno o dos detenidos estaban paralizados". "Sea quien sea que haya maltratado a estos prisioneros, o a cualquier prisionero, será llevado ante la justicia", subrayó.

Las sospechas de torturas se extienden también a la Administración Bush, que todavía sigue bajo el punto de mira de la opinión pública después del escándalo en la prisión iraquí de Abu Ghraib, que exacerbó los sentimientos antiamericanos en el mundo musulmán.

Bush condena las torturas

El presidente estadounidense, George Bush, ha condenado las torturas y los malos tratos a presos iraquíes. En un discurso en Filadelfia, el mandatario norteamericano ha considerado "inaceptable" que se comentan abusos contra prisioneros suníes en cárceles secretas. "La mayoría de los presos eran suníes, algunos de los cuales presentan signos de haber sido golpeados y torturados", ha dicho Bush en referencia al hallazgo de una segunda cárcel clandestina en Bagdad. "El primer ministro y las autoridades iraquíes han condenado los abusos, y una investigación se ha abierto con nuestro respaldo". "Los responsables de estos crímenes deben ser juzgados", ha añadido.

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