Blair remodela a fondo su Gobierno tras los malos resultados de las municipales

El primer ministro británico, Tony Blair, ha efectuado hoy una profunda remodelación de su Gobierno, obligado tras los malos resultados cosechados ayer por los laboristas en las elecciones municipales parciales. En un intento de darle impulso a su Gobierno en un momento de popularidad en caída libre, Blair ha hecho cambios en las principales carteras, como Interior, Defensa o Exteriores, que se divide en dos para dar cabida a un Ministerio para Europa.

El Foreign Office (Exteriores), es el departamento que sufre una remodelación más importante. Su titular, Jack Straw, es sustituido por la ex responsable de Medio Ambiente, Margaret Beckett, para pasar a ser líder de la Cámara de los Comunes. Blair coloca a Geoff Hoon, hasta ahora líder laborista en el Congreso, como ministro para Europa, dándole más relavancia a un puesto que no tiene pleno rango ministerial. Además, John Reid, hombre de confianza de Blair, es el nuevo ministro del Interior, en sustitución de Charles Clarke, que sale del Gobierno -estaba cantado- por la polémica puesta en libertad de un millar de presos extranjeros sin examinar sus órdenes de deportación. Finalmente, el hasta ahora ministro del Hacienda, Des Browne, será el sustituto de Reid en Defensa.

Los cambios afectan también al viceprimer ministro, John Prescott, otro de los que estaba en el disparadero, en este caso por mantener una aventura extramarital con su secretaria. No abandona el puesto, pero pierde alguna de sus responsabilidades. Tampoco se ha visto afectada la ministra de Sanidad, Patricia Hewitt, en el disparadero por su enfrentamiento con los trabajadores sanitarios después de algunos recortes de plantillas.

Blair intenta así regatear el desgaste de su Gobierno, que no ha parado de perder popularidad desde la guerra de Irak, y que quedó ayer patente con los magros resultados cosechados por los laboristas en las municipales parciales, calificados de "disparo de advertencia" por el ministro de Economía y probable sucesor de Blair, Gordon Brown. Aunque el resultado ha sido menos malo de lo pronosticado, la remodelación del Gobierno era ineludible y estaba prevista al margen de los resultados electorales.

Derrota laborista

El caso es que los laboristas se quedan con 1.064 de los 4.360 consejos municipales en juego, perdiendo 254 con un escaso 26% de los votos. Por el contrario, los tories, con el 40% de los votos, su mejor resultado electoral desde 1992, ganaron 250 escaños, hasta los 1.568. Los laboristas quedaron incluso por debajo de los Liberal Demócratas, tradicionalmente el partido bisagra, que obtuvo el 27% de los votos, aunque el sistema electoral sólo le hizo ganar 18 escaños. En Ayuntamientos, los conservadores ganan el control de 12, aunque no se han hecho con las riendas de ciudades como Liverpool, Newcastle o Manchester. Los laboristas pierden 18.

En la opinión de la mayoría de los analistas, estas elecciones locales estaban perdidas de antemano para el Partido Laborista y lo único que restaba por decidir era el alcance de su derrota. Los expertos consideraban que, de perder más de 250 concejales, los resultados dejarían bastante tocado al partido de Tony Blair.