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Blair pide a Irán y Siria que se involucren en "una estrategia global" en Oriente Próximo

Bush estudia un cambio rumbo en Irak con los expertos que rediseñan la estrategia

Blair, a su llegada a Mansion House, residencia del alcalde de la City.
Blair, a su llegada a Mansion House, residencia del alcalde de la City.AP

El primer ministro británico, Tony Blair, ha desgranado esta noche, durante un discurso en la City -el centro financiero londinense- su estrategia política para Oriente Próximo. Blair ha pedido a Irán y Siria que se involucren en la búsqueda de paz para Irak y el conjunto de la zona o de lo contrario, se enfrentan al aislamiento internacional.

En una intervención sobre política exterior en Mansion House, residencia del alcalde de la City, Blair ha citado como prioritaria la retirada del apoyo a los insurgentes por parte de la república islámica. Irán, a quien acusa de apoyar a terroristas en Irak, Líbano y Palestina, afronta "una clara elección estratégica".

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Si decide apoyar el proceso de paz en Oriente Medio, deja de apoyar el terrorismo en Irak y el Líbano y cumple sus obligaciones sobre no proliferación nuclear, "será posible una nueva asociación", ha dicho el premier británico. "Alternativamente, se enfrentan a las consecuencias de no hacerlo: el aislamiento", ha advertido Blair.

Las raíces del problema

En su discurso Blair también ha insistido en que buena parte de la solución al conflicto en el país árabe ha de buscarse fuera de ese territorio, "en toda la región, donde operan las misma fuerzas, donde se encuentran las raíces del terrorismo global". Blair ha subrayado que su estrategia para Oriente Próximo no empieza con la implicación de Siria e Irán, sino en la resolución de las tensiones entre Israel y Palestina, que son el núcleo del conflicto más amplio que afecta a la región.

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Blair ha aclarado que su plan no conlleva "un cambio de política hacia Siria e Irán", dos países que, por otra parte, "no tienen intereses idénticos". Tras abordar la crisis israelí-palestina, "hay que avanzar en el Líbano" y unir a todas las voces moderadas árabes y musulmanas para impulsar la paz en esos países y en Irak.

Bush estudia un cambio en Irak

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, analizó ayer el conflicto iraquí con el llamado Grupo de Estudio sobre Irak, un panel bipartidista e independiente encargado de buscar alternativas viables para poner fin a la guerra en ese país. Lo hizo en un encuentro privado en el Despacho Oval, centrado sobre todo en el intercambio de puntos de vista y en el análisis de la situación sobre el terreno, más que en la presentación de alternativas o propuestas concretas.

Bush ha dicho, sin embargo, que de momento no conoce el contenido del informe que se dará a conocer a finales de año. "No estoy seguro de lo que va a decir. Estoy deseando verlo y no voy a prejuzgarlo", ha afirmado el presidente a la prensa. Su impresión, tras someterse a las preguntas del grupo, es más que positiva porque "quieren que tengamos éxito en Irak" y "comienzan a entender que la victoria conlleva responsabilidades". El presidente estuvo acompañado en esa reunión por el vicepresidente, Dick Cheney; el consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley, y el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Joshua Bolten.

Un enfoque más "fresco"

El presidente ya ha dejado claro que está abierto a ideas y alternativas y ha reconocido incluso que es necesario dar un enfoque más "fresco" a la política estadounidense en el país árabe. A raíz del varapalo que sufrió en las elecciones legislativas de la semana pasada, Bush anunció inmediatamente el primer gran cambio con respecto a Irak, la renuncia del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y propuso al ex director de la CIA, Robert Gates, para sucederle. Hasta su designación, Gates era precisamente uno de los miembros del Grupo de Estudio sobre Irak, integrado por cinco demócratas y cinco republicanos. Lo encabezan, por parte republicana, el ex secretario de Estado James Baker, muy próximo a la familia Bush, y por parte demócrata, el ex congresista por Indiana Lee Hamilton.

Bush, Josh Bolten, Dick Cheney y Stephen Hadley, durante la reunión de hoy en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
Bush, Josh Bolten, Dick Cheney y Stephen Hadley, durante la reunión de hoy en el Despacho Oval de la Casa Blanca.AP

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