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Reportaje:El fin de una central histórica

Zorita echa el cierre

La central nuclear más antigua de España inicia esta noche su desmantelamiento tras 38 años de vida

La central nuclear José Cabrera de Almonacid de Zorita (Guadalajara), la más antigua de España y la de menor potencia, dejará de funcionar esta noche 38 años después de su nacimiento. Zorita se convertirá así en la primera instalación de este tipo que cesa su actividad en España. El proceso de desmantelamiento durará hasta 2015 y costará 170 millones. Los vecinos de la zona recuerdan los trabajos que genera y piden otra central mientras los ecologistan brindan por el cierre.

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La central nuclear ha acelerado su cuenta atrás a partir de las 17.30 horas, con una bajada acentuada de potencia hasta que a las 23.30 se pare el reactor definitivamente. Así, según ha informado un portavoz de Unión Fenosa, propietaria de la planta, desde las 17.30 se está reduciendo la potencia de la central desde los 122 megavatios (MW), a razón de 20 megavatios a la hora, hasta alcanzar la potencia cero a las 23.30. A partir de ese instante, se iniciará el proceso de parada del reactor, que finalizará antes de las doce de la noche. En estos últimos trabajos participarán los siete empleados que habitualmente forman el turno de trabajo, según Unión Fenosa, aunque en esta ocasión está también el director de la central, Pablo Díez.

Estas paradas se realizan de forma periódica una vez al año para llevar a cabo la recarga del reactor. La única diferencia de la parada de hoy con el resto es que en esta ocasión la central no se volverá a conectar a la red. Este proceso pone fin a 38 años de producción de energía con el grupo termonuclear. En este tiempo habrá sumado una producción total de 36.515 gigavatios hora (GW/h), equivalente al consumo eléctrico anual de 25 provincias como Guadalajara. La central habrá suministrado energía eléctrica a la red durante 258.075 horas.

"Cerrada y bien cerrada"

A lo largo de sus 38 años en operación, la central ha proporcionado empleo a 300 trabajadores de forma directa y a otros 6.000 indirectamente. De los 125 trabajadores que componen actualmente la plantilla de la instalación, 70 permanecerán en ella para realizar la fase previa al desmantelamiento y el resto han sido recolocados en otros centros de generación de la empresa. La parada de hoy supondrá el inicio de la fase de preparación para el desmantelamiento, que llegará hasta abril de 2009. Entonces se producirá el traspaso de la titularidad de la instalación a Empresa Nacional de Residuos (Enresa), que se encargará de su desmantelamiento.

El cierre de la central fue ordenado por el Ministerio de Economía el día 14 de octubre de 2002 y el día ha llegado en medio de un debate en España: hay quienes defieden que hay que construir más centrales nucleares ante la creciente demanda energética y los precios del petróleo, mientras que otros abominan de ellas por los desastres que pueden causar fallos de seguridad. El cierre ha coincidido además con el 20 aniversario del accidente de Chernóbil, cuyas consecuencias siguen padeciendo miles de personas en Ucrania.

Hoy, el portavoz y vicepresidente segundo de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha asegurado que la central "está cerrada y bien cerrada". El Gobierno de Castilla-La Mancha, que ha promovido un plan de desarrollo para la zona, consensuado con los alcaldes de la comarca, ha defendido el cierre de la planta. Mientras, los 800 habitantes del pueblo de Almonacid de Zorita, muchos de los cuales han vivido de la José Cabrera, reclaman ahora otra central o un nuevo medio de vida. Por su parte, los ecologistas han brindado por su cierre en la capital alcarreña en el acto festivo organizado por la Plataforma Zorita ni un año más. En este acto, el líder de II, Gaspar Llamazares, ha dicho que el cierre debe ser "el principio del fin de la energía nuclear en España".

Llamazares brinda con Carlos Bravo, de Greenpeace y Francisco Castejón, de Ecologistas en Acción.
Llamazares brinda con Carlos Bravo, de Greenpeace y Francisco Castejón, de Ecologistas en Acción.EFE
Una imagen del exterior de la central de Zorita.
Una imagen del exterior de la central de Zorita.BERNARDO PÉREZ

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