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Libertad bajo fianza para el informático británico requerido por el gobierno de EE UU

Garry McKinnon podría afrontar una pena máxima de cinco años de prisión y una multa de unos 227.650 euros

El británico Garry McKinnon, detenido en Londres en relación con el supuesto acceso ilegal a ordenadores militares en EEUU, ha sido puesto en libertad bajo fianza a la espera del juicio de extradición. McKinnon, de 39 años, compareció hoy ante el tribunal de Bow Street, en la capital británica, tras ser detenido la víspera por la Policía a petición de las autoridades estadounidenses.

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El juez Christopher Pratt concedió al detenido la libertad bajo fianza a la espera del juicio de extradición, que empezará el próximo 27 de julio, pero con la condición de que se presente a la comisaría local, que no solicite documentos para viajar fuera del Reino Unido y que no utilice equipo informático para acceder a Internet.

La abogada del acusado, Karen Todner, dijo que su cliente tiene toda la intención de defenderse de esta petición de extradición. "Creemos que como ciudadano británico él debería ser sometido a juicio en nuestros tribunales bajo jurisdicción británica y no en Estados Unidos", añadió Todner.

EEUU pide la extradición de McKinnon por haber accedido supuestamente a ordenadores militares y de la agencia espacial NASA entre febrero de 2001 y marzo de 2002. La representante legal del Gobierno de EEUU, Janet Boston, dijo en el tribunal que, en una ocasión, la red informática del distrito militar en Washington quedó fuera de servicio.

700.000 dólares en daños

Según las autoridades de ese país, McKinnon utilizó un programa informático con el que accedió a 97 ordenadores del Gobierno de Washington de forma que sus acciones no podían ser detectadas. El trabajo del supuesto hacker, según Boston, causó daños por valor de 700.000 dólares (536.500 euros).

"Estos son asuntos muy serios", subrayó la abogada. El presunto pirata informático estaba sin empleo y es conocido en internet como Solo. En concreto, el detenido consiguió al parecer acceder a redes informáticas de la NASA, el Ejército, la Marina y el Departamento de Defensa de EE UU, así como de la Fuerza Aérea de ese país.

Además, McKinnon es acusado de borrar archivos importantes y copiar un documento con nombres de usuarios, según las autoridades de EE UU. De ser extraditado y encontrado culpable, McKinnon afronta una pena máxima de cinco años de prisión y una multa de unos 227.650 euros.

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