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Entrevista:ABDALÁ II DE JORDANIA

"Hay que buscar fórmulas creativas para que la ayuda siga llegando a los palestinos"

"Si se dice que no a las armas nucleares iraníes, también debe decirse no a otros países que las tienen"

Ángeles Espinosa

Atrapada entre Irak e Israel, Jordania ha vacilado estratégicamente desde su independencia en 1946 entre la patria árabe que quería liderar su vecino oriental y la protección de la alianza israelo-estadounidense, al oeste. Las dificultades simultáneas al otro lado de esas dos fronteras han situado al rey Abdalá II (Ammán, 1962) en el centro de la tormenta desde el momento mismo en que tomó las riendas del poder hace siete años. Admite que, de haber podido elegir, hubiera situado Jordania entre países que no tengan guerras. "Solemos bromear que no estamos entre Suecia y Noruega, sino entre Irak y guatepeor", confía resignado.

Aún así despliega toda su energía en buscar soluciones de paz sea para el conflicto árabe-palestino o, como estos últimos días, impulsando una Conferencia de Reconciliación Islámica para Irak, que ha tenido que posponerse a última hora por la formación del Gobierno. "Hay que buscar fórmulas creativas para que la ayuda siga llegando a los palestinos" / "El nuevo Gobierno iraquí debe acabar con el sectarismo en los ministerios de Interior y de Defensa" / "Si se dice que no a las armas nucleares iraníes, también debe decirse no a otros países que las tienen", insiste deseoso de rebajar las crecientes tensiones en una parte del mundo en la situación parece empeorar año tras año.

"Cada Año Nuevo solía decir 'no puede ser peor que el anterior', pero ya he dejado de decirlo", bromea aunque parece fatigado. En vísperas de la visita de Estado que los Reyes de España inician hoy en Jordania, Abdalá recibió a EL PAÍS en unas nuevas dependencias del Palacio Real que aún olían a pintura fresca.

Pregunta. El triunfo de Hamás ha llevado a Estados Unidos y la Unión Europea a interrumpir la ayuda al Gobierno palestino. ¿Respalda esa decisión?

Respuesta. Mi preocupación, que he comentado con los líderes europeos y con nuestros amigos en Estados Unidos, es que la interrupción de la ayuda va a afectar al palestino de a pie y a los que más, a los 150.00 funcionarios. Considero que hay fórmulas creativas para asegurarse de les llega la ayuda. Ahora mismo está habiendo discusiones al respecto... la posibilidad de canalizarla a través de la oficina de Mahmud Abbás para asegurarse de que llega a los funcionarios, a través de ONG... Pero cortar totalmente la ayuda va a causar sufrimientos a los palestinos. Ya están sufriendo privaciones económicas y sociales. No creo que sea bueno cortar la ayuda. Debemos ser originales y creativos para asegurarnos que la ayuda llega las personas adecuadas.

P. En los dos últimos años todo el mundo ha criticado la actuación de Estados Unidos en Irak, pero nadie ha ofrecido una alternativa viable. Como vecino y como líder, ¿qué sugiere que debe hacerse para frenar el deterioro de Irak?

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R. Hemos visto en los dos últimos días que han elegido un nuevo primer ministro y esperamos que en los próximos treinta sea capaz de juntar un gobierno que los tres grandes grupos puedan aceptar. Es un paso importante en el buen camino. Hay que hacer avanzar el proceso hacia la consolidación institucional antes de que las fuerzas de la coalición puedan retirarse. Todos deseamos que eso suceda lo antes posible, pero tiene que haberse alcanzado un estadio en la que las fuerzas iraquíes puedan remplazar a las de la coalición. Confío en que llegue muy pronto. Pero abandonar Irak en el vacío, crearía problemas muy graves. El deseo es que las tropas de la coalición se vayan cuanto antes y para ello la formación del Gobierno es un paso en la buena dirección, pero también hace falta eliminar el sectarismo en los ministerios de Interior y de Defensa.

P. Irak se ha llenado de milicias y muchos se preguntan, tres años después de la invasión, ¿de dónde vienen las armas? Los servicios de información jordanos están entre los mejores de la zona, ¿qué le dicen al respecto?

R. Hay que recordar que ya había muchas armas dentro de Irak. Las Fuerzas Armadas se disolvieron. Además llegaron otras milicias y llegaron con sus armas. La mayoría de los países vecinos han hecho un buen trabajo intentando frenar la infiltración de armas hacia Irak. Pero es un trabajo difícil. Lo sé por experiencia personal. Cuando estaba en las fuerzas especiales, mi trabajo consistía en sellar la frontera de Irak con Jordania porque había contrabando de armas, drogas e incluso de personas, en los dos sentidos. Fuimos bastante eficaces, pero exigió un gran esfuerzo. Otros países deberían asignar los recursos adecuados, y la mayoría han sido muy responsables, pero Irak es un país grande con fronteras muy extensas.

P. Su Majestad ha organizando una Conferencia de Reconciliación Islámica para buscar una salida. ¿No teme que llevar el debate al terreno religioso pueda tener consecuencias indeseadas al dar poder a líderes que no son elegidos, que mine los esfuerzos por democratizar el país?

R. No. Parte de los problemas que afrontamos, y Irak sirve como ejemplo de otros casos en el mundo, hay que buscar una solución religiosa porque desgraciadamente la religión se está utilizando como instrumento político, con fines políticos. Eso es lo que estamos viendo en Irak donde chiíes y suníes están siendo enfrentados unos contra otros a causa de las ambiciones políticas de [algunos] individuos. Y lo que hemos hecho y seguiremos haciendo con la Conferencia, que espero que podamos celebrar en un futuro próximo, está basado en el Mensaje de Ammán -www.jordanembassyus.org/new/pr/pr11092004.shtml- y consiste en decir igual que en la Cristiandad todos somos cristianos, nosotros somos todos musulmanes. Así que esos extremistas que están usando nuestra religión para matar, para poner bombas en mezquitas, para destruir vidas de gente inocente, no están actuando en nombre de la religión. Eso muy importante porque aclara el debate.

En la comida que tuve con muchos de los delegados que ya habían venido a Jordania antes de que regresaran a Irak, se sentaron todos juntos, chiíes, suníes y kurdos, y decían 'mira no se trata de un problema religioso, necesitamos unirnos y decir que no es un problema religioso porque seamos chiíes, suníes o kurdos, sino que todos somos iraquíes y nuestra lealtad está con Irak'. Así que considero que la Conferencia tendrá un efecto positivo y si tiene éxito para Irak, puede servir en otros puntos potenciales de conflicto entre chiíes y suníes en el resto de los países islámicos. Es un buen terreno de prueba.

P. La preocupación sobre Irán está aumentando en la zona no sólo por su implicación en Irak, sino debido a sus ambiciones nucleares. ¿Hasta qué punto los llamamientos del presidente Mahmud Ahmadineyad a los musulmanes dificultan que los gobernantes árabes puedan denunciar esos proyectos?

R. Jordania es un país que quisiera ver la prohibición de armas nucleares en toda la región y creo que mucho de los países de la zona opinan igual. En cuanto a Irán, tienen su política y han puesto su vista en lo que quieren hacer. Considero que la forma de abordar Irán es a través del diálogo. Cualquier amenaza de usar la fuerza contra Irán, sólo unirá a los iraníes. Cualquier país bajo presión se agrupa bajo la bandera. Confío en que Occidente siga usando el diálogo para tender una mano al presidente [iraní].

P. Pero los llamamientos de Ahmadineyad al mundo islámico, ¿no dificultan su defensa de una región libre de armas nucleares?

R. No, no lo creo. Cierto que llega a ciertos sectores de la opinión pública en el mundo islámico porque desafía a una superpotencia, desafía a Israel, y eso es muy popular en ciertos sectores de la sociedad en esta parte del mundo. A la vez, estoy convencido de que a la mayoría de la gente le preocupa cualquier programa nuclear que pueda amenazar a la región porque en última instancia nadie desea ver misiles sobrevolando sus cabezas. Pero no creo que eso lo haga difícil para los líderes árabes. Nuestro argumento es que si se dice que no a las armas nucleares iraníes, también debe decirse no a otros países que las tienen, desde el norte de África hasta la India, porque defendemos una zona libre de armas nucleares.

P. Su Majestad sabe que es imposible que Israel vaya a renunciar a sus armas nucleares. ¿Cómo pueden entonces combinar su deseo con esa realidad?

R. Con paz. Si se tiene paz, no se necesita la bomba. Si se resuelve el problema israelo-palestino, se resuelve el problema israelo-árabe. Entonces, ya no hay más amenazas. Entiendo que la bomba es un elemento de disuasión obviamente, y que la disuasión se necesita porque aún hay hostilidades entre los israelíes y palestinos, y otros países, excepto Jordania y Egipto. Así que si se resuelve el problema central de Oriente Próximo, que es el problema israelo-palestino, ya no se necesita. Mire por ejemplo a las superpotencias. Una vez que alcanzaron un acuerdo, empezaron a reducir sus arsenales. Sólo tenemos que mezclar paz con estabilidad a esta región.

P. Hoy comienza el juicio contra la fallida suicida que se detuvo tras los ataques terroristas del pasado 9 de noviembre. ¿Cómo han afectado esos atentados a su país y sus políticas?

R. Fue un golpe para el país. Si se mira el porcentaje de muertos, y España ha pasado por ello, un país de nuestro tamaño que pierde medio centenar de personas comparado con otros países que han sufrido actos terroristas, es un una cifra muy alta. Pero la sociedad jordana ha salido reforzada, se ha consolidado, todo el mundo se unió en torno a la nación. Ahora estamos en el proceso de debatir qué hacemos con la seguridad porque siempre está el equilibrio entre seguridad y libertades. El Gobierno y el Parlamento van a debatirlo en detalle en los dos meses próximos porque no queremos cambiar nuestra forma de vida usando los atentados de pretexto para restringir las libertades. Opino que tenemos que ser más eficientes en proteger nuestras fronteras. Esa señora va ir ahora a juicio y veremos lo que sale.

P. Hablamos de "terrorismo internacional", pero hay quien opina que es un eufemismo para no decir islamista, ya que los implicados en este nuevo terrorismo se reclaman musulmanes. ¿Por qué resulta tan difícil que los líderes árabes y musulmanes, tanto políticos como religiosos, denuncien de forma pública y con una sola voz que esos radicales no representan al islam?

R. Muchos líderes árabes y religiosos lo han estado haciendo. El Mensaje de Ammán fue para declarar que esa gente no representa [nuestra] religión y la conferencia de julio del año pasado señaló tres puntos clave: primero, que reconocemos las ocho principales escuelas de jurisprudencia, o sea que todos nos consideramos musulmanes; segundo, que no creemos en el +takfir+, que es la ideología de ese puñado de extremistas y que mantiene que si no estás de acuerdo conmigo te puedo matar, y las ocho escuelas estuvieron de acuerdo en que esa gente no tiene nada que ver con el islam; y en tercer lugar, el asunto de quién puede emitir fetuas [edictos religiosos con validez legal], porque cada atentado terrorista ha estado precedido de alguien como Osama Bin Laden o Al Zarqaui que afirma haber pronunciado una fetua que te permite matar a gente inocente. Sólo las personas cualificadas por las principales escuelas de jurisprudencia tienen autoridad para dictar fetuas. Ésto ha sido respaldado en la reunión de la Organización de la Conferencia Islámica reunida en La Meca el pasado diciembre. Así que al menos en el mundo islámico... quizás uno de los fallos que hemos tenido es no haber transmitido el Mensaje de Ammán a Occidente. Pero todos los países y todos los líderes firmaron que esa gente no tiene nada que ver con la religión, que estamos contra el 'takfir' y que nos oponemos a que emitan fetuas. Si echa un vistazo al Mensaje de Ammán y al mensaje de julio, también se dirigen a las comunidades musulmanas en países no musulmanes. Si se tiene seguridad y estabilidad, y se otorgan las mismas oportunidades y derechos, por ejemplo en España, a los musulmanes que al resto de las comunidades religiosas, entonces deben su lealtad como musulmanes a ese país. Así que creo que hemos llegado bastante lejos.

P. Hoy va a recibir a los Reyes de España. Las relaciones son muy buenas tanto entre las dos Casas Reales como entre los dos países. ¿De qué forma puede España contribuir más a Jordania y a la región?

R. España siempre ha tenido un papel vital como parte de la Unión Europea. Tiene unas estupendas relaciones con todos los países de Oriente Próximo, e históricamente es muy respetada. No se trata sólo de [respeto] político, también tiene mucho que ver con su solidez económica. Conocemos España a través de muchos de sus productos y su industria. Su Majestad una y otra vez, en mi limitada experiencia de los últimos seis o siete últimos años años, cada vez que ha habido un problema, sea tras el 11-S o en el proceso de paz, siempre ha aportado una voz de moderación para tratar de suavizar las intenciones del otro lado, como cuando se hablaba de choque de civilizaciones, y usted sabe que no hay tal cosa. Su Majestad es una de esas personas de carácter que se salen de lo común y tratan de aunar a la gente. Cuando Jordania sufrió la terrible pérdida de Su Majestad el Rey Husein, la primera visita de Estado que hice fue a España y no por casualidad. Supongo que [el Rey Juan Carlos] quería ayudar en la transición y ayudarme a conocer gente. Siempre ha tendido la mano a mi país y muchos de los países árabes. Como resultado la relación de Su Majestad con el Mundo Árabe es muy profunda, al igual que la política española a lo largo de muchos años.

El Rey Abdalá II de Jordania, durante una entrevista con la periodista Ángeles Espinosa
El Rey Abdalá II de Jordania, durante una entrevista con la periodista Ángeles Espinosa

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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