_
_
_
_
_

"El piso de Leganés es el punto de conexión de todo, cierra el círculo"

Jorge A. Rodríguez

Los investigadores llegaron al piso de los suicidas de Leganés tras una ingente comprobación de cientos de teléfonos móviles y tarjetas prepago. Esa línea, además, les llevó primero a Jamal Zougam, quien vendió las tarjetas de las bombas. Luego permite identificar a los hermanos Oulad Akcha, porque usaron una de ellas para llamar a su hermano Khalid, preso en la cárcel de Topas. Algo después conduce a Asturias y a la guarida de los terroristas en Chinchón. Y, finalmente, a la casa de Leganés.

"El piso de Leganés se halló durante una comprobación rutinaria, de los miles que se hicieron esos días, aunque tras el intento de atentado al AVE, el 2 de abril de 2004, íbamos a toda velocidad porque teníamos claro que iban a darnos otra vez. Al principio no relacionábamos el piso y el alquiler con el 11-M", relatan los investigadores.

Más información
El asalto del GEO al piso de Leganés

"No sabíamos que los terroristas estaban dentro. Íbamos a echar un vistazo. Cuando estábamos allí bajó Abdelmajid Bouchar, que salió corriendo. Entonces salieron disparos desde el interior, pero nosotros no hicimos ni un tiro. ¿Cómo íbamos a disparar contra las ventanas? Podíamos darle a cualquiera. Sólo dispararon ellos, quienes, por cierto, estaban casi todos identificados en ese momento, aunque no sabíamos que estaban dentro. Lo que sí hicimos fue ponerles a alguien en la puerta para que no salieran".

"Buscábamos al Tunecino porque se había ido de su casa y era sospechoso. Buscábamos al Chino porque Rafá Zouhier nos había llevado a su casa de la calle de Villalobos. Y buscábamos a los hermanos Oulad por lo de la cárcel de Topas. Pero en ese momento no estaba cerrado que estuvieran conectados con el 11-M, salvo en el caso del Chino y los Oulad y, por dos y dos son cuatro, Amer Azizi".

Es allí cuando, tras saber por el hermano de Abdenabi Kounjaa que éste le había llamado para anunciarle su suicidio (con otra tarjeta del lote de la bomba), cuando cuadra todo. "El piso cierra el círculo, es el punto de conexión, lo que encaja todo", sentencian los investigadores. Relaciona los explosivos, los detonadores, los teléfonos, la bomba desactivada, la casa de Chinchón, la Kangoo, los sospechosos y la sudadera de Vicálvaro, que ya el 11-M situaba a los suicidas en el lugar del crimen. Con su ADN.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_