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El conflicto de Oriente Próximo

La población palestina espera una ampliación de la ofensiva

El sábado 27 de diciembre comenzó el ataque a Gaza desde el aire. El sábado 3 de enero, los blindados invadieron por tierra. Y, ayer, la aviación lanzó panfletos a lo largo de toda la franja amenazando a su millón y medio de habitantes con una ampliación de la ofensiva. Se trataría de la tercera fase de una campaña militar demoledora. Portavoces castrenses aseguraron que más de 300 milicianos palestinos han muerto ya en los combates. Lo que no deja de ser un indicio de que la mayoría de los al menos 821 muertos en Gaza son civiles, entre ellos casi 400 mujeres y menores de edad.

Los milicianos palestinos luchan desde hace días contra los uniformados israelíes en los barrios de la periferia de Gaza y Beit Lahia, al norte del territorio palestino. En el centro y sur de la franja los combates no son tan encarnizados. Pero se agravarán si el Ejército israelí lleva a cabo su amenaza. Suele ser por la noche cuando los mandos ordenan a sus subordinados iniciar las fases decisivas de esta campaña. Disponen de medios que apenas están al alcance de los milicianos palestinos para luchar en la oscuridad.

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Porque no hay más que acercarse de madrugada a las colinas que bordean Gaza para apreciar la ausencia casi total de luz que reina en la franja cuando cae el sol. La iluminación de las ciudades israelíes acaba abruptamente. A partir de ese punto, todo es negro. Sólo se ven los fogonazos de las bombas.

Se desconoce todavía la magnitud de esa extensión de las operaciones, pero podría requerir la entrada en combate de miles de reservistas. Es una movilización que entraña más riesgos políticos porque esos reservistas suelen ser hombres casados y con familia.

Duro golpe a Hamás

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En todo caso, no cabe duda de que Hamás está encajando un golpe del que tardará en recuperarse. Los jefes militares israelíes aseguraron ayer que la milicia islamista presenta síntomas de agotamiento. Tal vez sea parte de la guerra de nervios, pero es evidente que Hamás tendrá complicado hacer frente al enorme poderío del Ejército israelí durante mucho tiempo.

La ofensiva del Tsahal provoca indignación en todo el mundo. En los países árabes, desde el primer día. En las capitales europeas, con menor afluencia de manifestantes. En París, Londres, Oslo, varias ciudades alemanas, Barcelona o Dublín decenas de miles de personas salieron a las calles -en varias ciudades a las puertas de las embajadas israelíes- para mostrar su rabia contra las matanzas en la franja.

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