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Chile celebra el primer aniversario sin Pinochet del golpe contra Allende

Protestas por el férreo dispositivo de seguridad en torno a La Moneda para evitar disturbios

El primer aniversario del golpe militar del 11 de septiembre de 1973 que los chilenos recuerdan sin la presencia del dictador Augusto Pinochet, fallecido el pasado diciembre, transcurrió ayer más tranquilo que en otros años, con pequeños disturbios entre manifestantes y la policía, mientras cientos de personas depositaban ofrendas florales en el palacio de La Moneda al ex presidente Salvador Allende, que murió en ese lugar hace 34 años.

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Vestida de luto y acompañada por una hija y una sobrina de Allende, la presidenta del país, Michelle Bachelet, dejó rosas blancas y rojas en homenaje al gobernante socialista, en el memorial que recuerda el lugar donde se quitó la vida para no rendirse ante los militares golpistas. Bachelet sostuvo que Allende entregó su vida "por la dignidad, la democracia y la patria" y pidió trabajar por un país más democrático, justo, humano y libre.

La Moneda estuvo ayer rodeada por un fuerte cerco policial que incluyó vallas y policía militarizada de Carabineros a pie y montada. El Gobierno dispuso el despliegue policial para impedir que se repitiera la imagen de la conmemoración del año pasado, en la que un manifestante, al parecer perteneciente a un grupo anarquista, arrojó una bomba incendiaria contra los muros del palacio, dejando una ventana en llamas, en una escena que parecía arrancada del pasado, aunque en menor escala.

Para evitarlo, el Gobierno ordenó ayer un cerco policial, prohibió marchar alrededor de La Moneda y sólo autorizó la entrada por separado de 12 pequeñas delegaciones de partidos, sindicatos y ex guardaespaldas de Allende, que querían depositar flores en la puerta de calle Morandé 80, a un costado del palacio, por donde militares y bomberos retiraron el cadáver del presidente. Cada grupo marchó después al monumento a Allende, situado a pocos metros y frente a La Moneda, donde recordaron a las víctimas del golpe.

El amplio dispositivo de seguridad provocó malestar entre los manifestantes y un grupo de ellos logró atravesarlo después de forcejear con los agentes, pero sin que se registraran disturbios. Dirigentes de organismos de derechos humanos criticaron la contradicción de este cerco policial con el deseo de que "se abran las grandes alamedas por donde pase el hombre libre" que proclamó Allende en su último discurso, mientras resistía a los golpistas. El presidente del Partido Socialista, Camilo Escalona, justificó esta seguridad por la incapacidad de todos para "deslindar el vandalismo del uso legítimo del espacio público". Al atardecer, la policía militarizada de Carabineros usó lanzaaguas y gases para disolver pequeños grupos de manifestantes en la principal avenida de Santiago. 32 personas fueron detenidas una vez finalizados los actos conmemorativos.

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Sin la presencia del dictador, el pinochetismo ha carecido este año de capacidad de convocatoria para organizar actos paralelos, como hacía cuando el general estaba vivo. Los parientes de Augusto Pinochet lo recordaron con un misa en la hacienda de Los Boldos, donde están las cenizas del dictador. Como todos los años, el Ejército celebró una misa en recuerdo de los caídos el 11 de septiembre de 1973, en la que no hubo menciones a Pinochet.

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