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Reportaje:

Ventanas a la nueva Sevilla

De la Alameda a la Cartuja, rincones donde la modernidad arma jaleo

Patricia Gosálvez

A los olmos de la Cartuja les han crecido ventanas. Cosas del arte moderno. El monasterio mudéjar acoge el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC). En el claustro, entre las chimeneas que cocieron porcelana en el siglo XIX, languidece un bowl de skate: una rampa para patinadores, obra de Michel Majerus. En un lateral se lee: "Fuck the intention of the artist" ("Que le den a la intención del artista"). "El CAAC es un lugar muy especial", dice su director, José Lebrero Stals, "ofrece un acceso contemporáneo al mundo del pasado". El puente entre el pasado y el presente de la cuarta ciudad española, con más de 700.000 habitantes, no es un camino fácil: "Sevilla tiene una tradición cultural muy antigua que a veces cristaliza en nostalgia y nos dificulta mirar hacia el futuro", reflexiona Lebrero. La toma del monasterio de la Cartuja por el CAAC es sólo un ejemplo de cómo la contemporaneidad se cuela por las rendijas de una ciudad marcada por los tópicos. Detrás de las joyas patrimoniales, del barroco, la Semana Santa, las tapas y la Feria, existe otra cara más moderna y transgresora que se atreve a decir que, en convivencia con la tradición, otra Sevilla es posible. En una ciudad que se juega el 11% de su PIB en el turismo, con más de 1,5 millones de visitantes al año, hay sitio para las apuestas seguras, pero también para el riesgo.

De Sevilla han salido los llamados "nuevos directores andaluces" (Santi Amodeo, Benito Zambrano o Alberto Rodríguez, estos dos últimos, candidatos a los Goya este año). También es un núcleo del 'rap' patrio, de La Mala a SFDK o Tote King, los nuevos poetas urbanos riman en andaluz
Los garitos están por todas partes. En la plaza de la Alfalfa; en el Arenal, con los ritmos negros en Elefunk o el 'jungle' del Moma. Y en la Expo encontramos el Antique Teatro

Las ventanas que anidan en los árboles del CAAC, obra de MP & MP Rosado, son reproducciones de ventanas sevillanas. Metáforas de las historias que esconde la ciudad. Invitaciones al voyeurismo. A través de ellas nos asomamos a la nueva Sevilla

.VISIONES A TODA VELOCIDAD

La primera escotilla es la del coche y da a la S-30. El edificio está diseñado para ser visto a 120 kilómetros por hora. "Por eso no tiene detalles, el volumen se genera con cinco pantallas acústicas que se doblan hacia dentro", explica Fuensanta Nieto, arquitecta y autora, junto a Enrique Sobejano, de este proyecto ganador de un concurso para viviendas de protección oficial junto a la autopista sevillana: "Las diagonales y la superficie ondulada hacen que la luz cambie al pasar con el coche". El proyecto será expuesto en el MOMA neoyorquino a partir de febrero como un ejemplo de la arquitectura española puntera.

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"Somos una ciudad de vanguardia", defiende el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín,

del PSOE, "lo que pasa es que la hermosa sombra de la Giralda hace que no se vean los brillos de la Sevilla moderna". El edil, que está en conversaciones con arquitectos de relumbrón como Richard Rogers, presume de proyectos: una city financiera, dos rascacielos a este y oeste, y en el norte, en la Encarnación, el futurista Metropol Parasol, obra del arquitecto berlinés Jürgen Mayer. Una estructura a la que los sevillanos ya han apodado Las Setas.

PERSPECTIVA DE CAMBIO

El tópico es que Sevilla es una ciudad a la antigua. Algo de eso hay. El director del CAAC, que aterrizó hace un par de años desde el Macba, nota la resistencia de parte de la sociedad a lo contemporáneo: "Existe una burguesía específica, diferente a la catalana o la vasca, que no siempre ha querido experimentar la modernidad. Basta con pensar en las cofradías, que son valiosas estructuras sociales, pero vienen del siglo XVI". Aunque recuerda que en los setenta la ciudad ya vivió un auge psicodélico que mezclaba flamenco, rock y cine godardiano: "Un movimiento underground, precursor de la movida madrileña".

Y parece que Sevilla se vuelve a mover. De la ciudad han salido los llamados "nuevos directores sevillanos" (gente como Santi Amodeo, Benito Zambrano o Alberto Rodríguez, estos dos últimos, candidatos a los Goya de este año). También es un núcleo del rap patrio, de La Mala a SFDK o Tote King, los nuevos poetas urbanos riman en andaluz.

En el AVE, dos viajeros de excepción, el productor de cine Antonio Pérez y el músico Kiko Veneno, comentan el asunto. "Siempre ha habido una dinámica muy señorita, lo contracultural lo tiene difícil para salir, pero sale", dice el músico. "Antes parecía que no había una Sevilla normal que no fuese folclórica. Siempre hubo escena, pero pocas oportunidades", dice el productor. Hace años, Kiko Veneno escribió aquello de "Sevilla tiene dos partes, dos partes bien diferentes: una, la de los turistas, y otra, donde vive la gente". ¿Sigue abierta la herida? "Claro", contesta el trovador, "de donde vive la gente sale el cine y el rap".

ESCAPARATES

Espacio Público es una tienda de ropa, pero tiene dj. David Gómez, de 32 años, tatuajes, piercings y camiseta negra, es el dueño. Vende Loreak Mendian, Carhartt o Killah, marcas para una nueva generación rabiosamente urbana. "Sevilla es lenta, se resiste", dice; "aun así, el cambio se nota: antiguamente no se te ocurría ir en deportivas a una discoteca, ahora la cuestión es con qué zapatillas ir".

Suburban es un templo para el consumidor de hip-hop. Hay camisetas extragrandes, vinilos y sprays para pintadas. Con vocación neoyorquina y bajo el lema "sala de tendencias y arte", Ego vende arte, ropa de diseño y comida de autor. Entre las tiendas de recuerdos hay galerías como Rafael Ortiz o Cavecanem y arriesgadas tiendas de música indie como Green Ufos. En todas abundan los flyers, esas octavillas que anuncian la programación de locales nocturnos, dejadas como migas de pan, para seguir la ruta más alternativa de la ciudad.

EL MIRADOR DE LA CALLE

Sevilla se vive al otro lado de las ventanas. El clima lo permite incluso en invierno, con una media de 12 grados, aunque las obras complican el asunto. La ciudad se está abriendo, metafórica, pero también literalmente. Un ambicioso plan urbanístico levanta las aceras para hacer peatonal el centro, y las tuneladoras perforan para que el metro sea una realidad en 2006. Pero las zanjas no evitan que la gente se apiñe en los bordillos a la hora del aperitivo. En el barrio de Santa Cruz, los clásicos del tapeo en la confluencia de las calles de Mateos Gago y Mesón del Moro. Junto al río, en el lado de Triana, la calle Betis también se rinde a la acera, y modernos, señoritos y turistas se funden en el malabarismo del chato y el platillo de espinacas con garbanzos.

ESCENARIOS

Es fácil pasar de largo la puerta de la sala En Danza. Parece un garaje. No hay telón, y las gradas no son muy cómodas; pero aun en precario, un puñado de iniciativas independientes subsisten en Sevilla, programando con riesgo y voluntad. "Aquí hay mucha gente echada pa'lante, que aguanta proyectos que cualquier empresario cultural retiraría", dice Pedro Jiménez, miembro del colectivo Zemos98, que celebra desde hace ocho años un festival de creación audiovisual. "Se tiene muy asumido que Sevilla es la tradición y hay algo que impide que sea otra cosa", dice, "pero somos muchos los que trabajamos sin ese complejo".

Carmen Martín Carrasco debe de ser una de las personas que más saben sobre lo que se cuece en Sevilla. Dirige El Giraldillo, una guía del ocio gratuita que se edita desde hace 20 años. "El panorama cultural ha cambiado considerablemente desde el 92", dice, y destaca eventos como los festivales de cine, la bienal de flamenco, la bienal de arte contemporáneo, el Mes de la Danza, las jornadas de jazz y de pop independiente... Según la periodista, la vanguardia surge de colectivos (Blitz, de jóvenes artistas; En Resistencia, de poetas) y de espacios independientes (Imperdible, La Fundición, Cero), pero también de instituciones públicas, como el teatro Central o la Sala B de La Maestranza, que programan con mayor riesgo.

COMER Y SER VISTO

Cuando Fabián Pérez dijo que dejaba su afterhours de Barcelona, los amigos le preguntaban: "¿Y ahora qué? ¿Berlín? ¿Nueva York?". "Se les desencajaba la cara cuando les decía que me iba a Sevilla", cuenta desde el minimalismo blanco de su restaurante, Naranja, donde sirve comida de diseño en un ambiente de imagen cuidadísima. "Sevilla es como Barcelona a principios de los noventa, está en pleno momento de ebullición. Barcelona y Madrid son presente, ciudades como Sevilla son el futuro", proclama el restaurador. Con una propuesta parecida se presenta Bauhaus, otro nuevo restaurante donde, además de comer, se puede ver y que te vean. Su gran cristalera derrama la luz azul del interior sobre la acera. Al otro lado, un público joven y variopinto y una decoración pulida. Al final del comedor, un dj. En la carta, ensaladas de nombre Kandinsky o Klee y crêpes bautizadas Downtempo, Minimal o Tecno; tan lejos de los platillos de garbanzos con espinacas.

DESDE LA PECERA DEL 'DJ'

Cuando cae la noche, la gente sigue en la calle. En la Alameda de Hércules, las copas se toman sobre los adoquines, ya que, aunque la música está prohibida, beber en la calle es legal. Clásicos de la zona como el Habanilla y el Barón Rampante se mezclan con apuestas más arriesgadas, como el Lisboa, que recibe con una cama redonda y pincha sólo electrónica. Pero los garitos en Sevilla están por todas partes. En las callejuelas que rodean la plaza de la Alfalfa; en el Arenal, con los ritmos negros en Elefunk, o el jungle en el Moma. En la Expo encontramos el Antique Teatro; en los Remedios, más pijerío, y en la calle del Torneo, el nuevo Malandar, donde la cola obliga a quedarse de charla en la acera, como si hiciese falta una excusa. Incluso la periferia tiene marcha. En pleno polígono acaba de abrir Microlibre, que alardea con actitud de ser el mayor local de hip-hop de España. Clientes no le van a faltar, Sevilla no deja de parir raperos. Al final del viaje le preguntamos a uno de ellos dónde sale tanta energía en este rincón del mundo. Tote King no duda: "En mi ciudad, la fuerza viene del sol". Quizá el puente entre lo clásico y lo moderno esté en lo más simple. En las palabras del nuevo poeta urbano retumban los últimos versos de otro sevillano lírico, Machado, que recordó justo antes de morir: "Estos días azules y este sol de la infancia".

La Alameda de Hércules, una concurrida zona de marcha de Sevilla, con bares clásicos, como el Habanilla (en la foto), y nuevas apuestas, como el Lisboa, que recibe con  música electrónica.
La Alameda de Hércules, una concurrida zona de marcha de Sevilla, con bares clásicos, como el Habanilla (en la foto), y nuevas apuestas, como el Lisboa, que recibe con música electrónica.FEDE SERRA
El interior del Habanilla, uno de los bares clásicos de la Alameda.
El interior del Habanilla, uno de los bares clásicos de la Alameda.FEDE SERRA

QUÉ HACER

SEGÚN EL OBSERVATORIO turístico de Sevilla, el perfil del visitante es un trabajador por cuenta ajena de entre 26 y 34 años. Para más del 57% no es la primera vez y de media permanecen algo más de tres días en la ciudad. Es decir, que abundan los viajeros jóvenes, de fin de semana, que muy probablemente ya conocen los monumentos. Es hora de distraerles.En lo que queda de enero, aún colea el festival Sevilla entre culturas, con conciertos, seminarios, teatro y exposiciones en distintos puntos de la ciudad; hasta el día 11 participarán Antonio Canales y el ballet flamenco de Andalucía. Esta misma noche, la música latina tomará el Palenque de la Cartuja con el cubano Kelvis Ochoa (toda la programación en www.sevilla.org).Las bailarinas clásicas de Giselle tomarán la Maestranza del 11 al 14. Mientras, en el teatro Central, la danza contemporánea de la compañía Joji Inc presenta Erase-e(x) el 13 y el 14, que se alterna con la visión de Mario Gas de La Orestiada. Y a partir del 31, Federico, un drama social. Este mes actuará en la ciudad el internacional Circo del Sol con su espectáculo Dralion, a partir del día 19 y hasta el 5 de febrero. En cuanto a las salas independientes, en Cero, la compañía Bastarda Española presenta Estrella sublime,la historia de una camarera sevillana.El convento de Santa María de los Reyes acoge la exposición de la VIII Bienal de Arquitectura Española. La exposición De Herrera a Velázquez estará todo el mes en el hospital de los Venerables.Y en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de la Cartuja, además de la instalación Ventanas iluminadas, se muestra una retrospectiva de la obra del artista multidisciplinar Stanley Brouwn, de 1960 hasta la actualidad.

GUÍA PRÁCTICA

Exposiciones- Centro Andaluz de Arte Contemporáneo CAAC (955 03 70 70; www.caac.es). Monasterio de la Cartuja. Avenida de Américo Vespucio, 2. De martes a viernes, de 10.00 a 20.00. Sábados, de 11.00 a 20.00. Domingos, de 10.00 a 15.00. Lunes, cerrado. Visita al monumento o a las exposiciones temporales: 1,80 euros. Visita completa: 3,01 euros.- Galería Rafael Ortiz (954 21 48 74). Mármoles, 12.> - Galería Cave-Canem (954 90 41 95). Martínez Montañés, 31, local izquierdo.Tiendas - Espacio Público (954 90 99 63). Amor de Dios, 36. Ropa urbana, tatuajes y anillados. - Green Ufos (954 37 63 14; www.greenufos.com). Amor de Dios, 42. Musica indie, con especial atención a la escena francesa. - Suburban (954 90 16 49; www.suburbanhiphopshop.com). Trajano, 44. Ropa hip-hop, música, graffiti. - Ego (Calatrava, esquina con calle de la Fresa). Ropa, arte y comida de autor.Teatros - Teatro Central (955 03 72 00; www.teatrocentral.com). José Gálvez, s/n. Isla de la Cartuja. - La Maestranza (954 22 65 73; www.teatromaestranza.com). Paseo de Cristóbal Colón, 22. - Teatro Lope de Vega (954 59 08 67). Avenida de María Luisa, s/n. - Sala Endanza (954 56 26 16; www.endanza.org). San Luis, 40. - Sala Imperdible (954 38 82 19; www.imperdible.org). Plaza de San Antonio de Padua, 9. - Sala La Fundición (954 22 58 44; La Habana, 18. Casa de la Moneda). - Sala Cero (954 90 27 36; www.salacero.com). Miguel Cid, 67.De tapas - Álvaro Perejil (954 21 89 66). Mateos Gago, 20.- El Patio (954 22 11 48). San Eloy, 9. Para sentarse en las gradas.- Boreas. Puerta Real, 6. Renovación del concepto tapa. Imaginativa.- Entrebarriles. Juan de Mata Carriazo, 4. Para tirar la cerveza en la propia mesa.Para cenar- Bauhaus (954 22 42 10; www.bauhauscafe.com). Marqués de Paradas, 53. Restaurante sonoro, abre hasta las 4.00; las cenas, hasta las 24.00, por unos 20 euros. - Naranja (954 91 50 80; www.cocinanaranja.com). Relator, 21. Cenas hasta las 0.30. Unos 20 euros.Salir - Habanilla. Alameda de Hércules, 63. - Barón Rampante. Arias Montano, 3. - Lisboa. Faustino Álvarez, 27. - Elefunk. Adriano, 10. - Moma. Julio César, 3. - Antique Theatro. Matemáticos Rey Pastor y Castro, s/n. Isla de la Cartuja. - Malandar. Calle del Torneo, 43. - Microlibre (www.microlibre.com). Herramientas, 35. Polígono Navisa.Información- Ayuntamiento de Sevilla (www.sevilla.org).- Turismo de la Diputación de Sevilla (www.turismosevilla.org).- El Giraldillo,revista mensual gratuita (www.elgiraldillo.es).

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Sobre la firma

Patricia Gosálvez
Escribe en EL PAÍS desde 2003, donde también ha ejercido como subjefa del Lab de nuevas narrativas y la sección de Sociedad. Actualmente forma parte del equipo de Fin de semana. Es máster de EL PAÍS, estudió Periodismo en la Complutense y cine en la universidad de Glasgow. Ha pasado por medios como Efe o la Cadena Ser.

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