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Entrevista:MIGUEL DE REINA | DIRECTOR GENERAL DE GOOGLE ESPAÑA

"Nos preocupa el valor en Bolsa de la compañía"

De Reina reconoce el miedo de Google a convertirse "en otro monstruo"

Patricia Fernández de Lis

Google es, como mucha gente sabe, el primer buscador de Internet. Además, y con seis años de vida recién cumplidos, su marca es ya tan conocida y reconocida que el verbo googlear aparece en los diccionarios estadounidenses como sinónimo de "buscar en Internet". Sus creadores, los treintañeros Larry Page y Sergey Brin, son millonarios, y sus cuentas aumentan con cifras de tres dígitos: en su último trimestre han facturado 805 millones de dólares, un 105% más que el mismo periodo del año previo.

Es la cara vista de Google, que tiene también su cara oculta. La salida a Bolsa, el pasado agosto, fue descalificada por caótica y porque se consideró poco democrática, ya que mantiene de manera férrea el control de la compañía en las manos de su consejo de administración. El valor de la compañía, cercano a los 48.200 millones de dólares, ha provocado el miedo de expertos y analistas a una nueva burbuja. Esta misma semana, la revista Fortune se preguntaba, en portada, "¿vale esta compañía 165 dólares por acción?". Y mientras, Microsoft y Yahoo anuncian nuevas compras e inversiones para mejorar sus buscadores.

"No creo que haya riesgos en que sólo tengamos una línea de ingresos. El negocio continúa creciendo de una manera exponencial"
"Es peligroso que Microsoft integre productos y se meta en Internet, pero los demás estamos colándonos en su sistema operativo"
"Queremos seguir creciendo, porque no hacerlo sería ridículo, pero también intentamos no ser una amenaza para el usuario"
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Éste es, en fin, un momento clave para la compañía; el de demostrar si vale la confianza ciega de los más de 85 millones de internautas que la visitan, y de los inversores que gastan su dinero en ella. Miguel de Reina, madrileño de 36 años, es el director de la oficina en España, que acaba de cumplir un año, y que ya es el sexto país de Europa en el negocio de Google. De Reina no oculta su preocupación por el gigantismo de la compañía y por su valor en Bolsa. Conoce bien los efectos de la burbuja ya que fue, entre 1999 y 2002, director comercial de Terra España.

Pregunta. Google ofrece noticias, guías locales, correo electrónico, páginas personales, alertas... ¿Qué es Google a día de hoy?

Respuesta. No hay que perder de vista la misión de la compañía cuando Larry [Page] y Sergey [Brin] la fundaron. En ella no aparece la palabra "buscar", sino "organizar", y de ahí es de donde viene la diversificación de productos.

P. Pero ¿no es preocupante que el 98% de los ingresos se deban a la publicidad?

R. Google no cree que, a día de hoy, exista ningún riesgo en que sólo tengamos una línea de ingresos. No lo creemos por dos razones. La primera es que el negocio continúa creciendo de una manera exponencial, y no se ve en el horizonte, de aquí a 2007, ningún dato que nos indique que se va a frenar ese crecimiento. Y en segundo lugar, estamos hablando de una plataforma de publicidad que es más que eso, es marketing directo. En Google, el retorno de la inversión es perfectamente medible y pormenorizado, y es muy transparente. Por eso, yo creo que podemos sentirnos muy tranquilos, porque el anunciante no invierte a ciegas en Google, y si lo hace es porque funciona.

P. ¿Quién es el principal competidor de Google a día de hoy?

R. Google.

P. ¿No es algo presuntuoso?

R. No es arrogancia ni presunción, es todo lo contrario. Debemos seguir trabajando en nuestro propio producto y procurar no entrar al trapo del ruido que se produce alrededor. No es que a la compañía no le preocupe la competencia. Por dar una respuesta, nuestros competidores son Microsoft y Yahoo, sin ninguna duda; son dos grandes potencias de Internet y, en algún momento tienen que dar en el clavo con un buscador. Lo que pretendemos es que, si lo consiguen, ésa no sea la voz de alarma dentro de Google. La voz de alarma ya está dada, y es que nuestro buscador sea mejor de lo que es. Acabamos de actualizar el índice de 4.000 millones de páginas web a 8.000 millones. Sin embargo, los ingenieros siguen diciendo que tenemos un buscador lamentable, que indexa una parte mínima de lo que existe. No somos presuntuosos. Somos conscientes de lo grande que es Internet y lo pequeño que es Google.

P. Microsoft acaba de sacar un buscador en el que integra otros productos, como ha hecho en otras ocasiones, en las que ha acabado con sus competidores de forma fulminante. ¿Preocupados?

R. Claro que preocupa. Microsoft es un monstruo, y de hecho cuando hablábamos de los competidores de Google no hablábamos de MSN [el portal], sino de Microsoft. Es peligroso que integre cosas, pero los legisladores son conscientes de que eso sucede, ya le han puesto coto a esas prácticas en el pasado y Microsoft sabe que tiene que andar con pies de plomo. Mientras, Google sigue trabajando en sus productos. Ellos meten sus cosas en Internet, pero los demás estamos colándonos en su sistema operativo.

P. El movimiento de Google, de hecho, ha sido adentrarse en el corazón de los ordenadores con un buscador de documentos, Google Desktop.

R. Es algo que los usuarios venían pidiendo desde hace tiempo. Google Desktop responde a una necesidad dramática porque, según nuestras investigaciones, cerca del 70% de las búsquedas que los usuarios de un PC realizan diariamente son infructuosas. Por eso, ahí había una clarísima oportunidad para nosotros.

P. ¿Cómo ha cambiado la compañía desde que cotiza?

R. No ha cambiado en nada. Los directivos se esfuerzan en contarnos que la salida a Bolsa es algo que había que hacer, que ya se ha hecho y que las cosas van bien pero que hay que seguir trabajando. No ha habido cambios de filosofía, ni de maneras, ni hemos notado más presión sobre los resultados. La presión viene porque necesitamos seguir creciendo, y no porque estemos cotizando en Bolsa.

P. Google ha llegado a valer 200 dólares por acción mientras Microsoft está por los 27. ¿Preocupa una nueva burbuja?

R. Yo creo que sí, es cierto que nos preocupa lo que está pasando. No creo que sea un mensaje que debamos ocultar. Pero lo que Google tenía que hacer está hecho, y es intentar salir a Bolsa de la manera más honesta posible, sacar un porcentaje bastante reducido para seguir trabajando con total control sobre la empresa, y hacer de la salida a Bolsa un paso más en una compañía multinacional y madura.

P. Google siempre ha tenido una imagen de compañía amable entre los internautas. Pero es cada vez más grande y más poderosa, y cada decisión que toma es más polémica. ¿Preocupa pasar de ser una compañía simpática a ser...

R. ...otro monstruo al que se tiene miedo y al que se mira con desconfianza? Ha dado en el clavo de lo que, a día de hoy, es la mayor preocupación de Google: cómo conseguir seguir creciendo, porque no hacerlo sería ridículo, tratando de no resultar ninguna amenaza para el usuario. Por eso, siempre se deja muy clara la misión de Google. Queremos dejar claro que no somos una compañía global de Internet; somos una empresa muy centrada en los productos de organización de información. Además, nuestra filosofía de empresa es "no ser malvado", pretendemos hacer el bien y no el mal; si algo molesta lo quitamos del medio y, sobre todo, protegemos primero al usuario y luego al resto de los agentes del sector. Nuestra plataforma de publicidad es la única del mundo que tiene en cuenta lo que opina la audiencia, porque el que paga no es el que sale más arriba, sino que los clic que hacen los usuarios ponderan al 50% a la hora de seleccionar la posición en el buscador. Lo que pasa es que hemos salido a Bolsa, nos va bien y somos un poquito más grandes de lo que éramos. Pero continuamos con esa filosofía.

Miguel de Reina, director de Google España y Portugal.
Miguel de Reina, director de Google España y Portugal.LUIS MAGÁN

"Google es sólo el mensajero; es un soporte"

Google es ya tan poderosa que ha tenido que resignarse a dejar de ser una empresa amigable y simpática, y cuyos movimientos no tienen consecuencias, para darse cuenta de que debe examinar cada paso que da. Los últimos problemas los ha tenido con los anunciantes y los defensores de la intimidad.

P. Su plataforma de publicidad ha provocado las protestas de los anunciantes por la subasta de sus marcas registradas.

R. La política de Google sobre marcas registradas en Europa sigue siendo la que era. Nos ponemos en marcha en cuanto una compañía nos dice que no quiere que su marca registrada sea comprada por nadie. Pero quien dice "nadie" dice "nadie", es decir, ni siquiera él podrá contratarla porque la plataforma no permite hacerlo. En EE UU, las leyes nos permiten hacer lo que querríamos hacer en Europa, que es no entrar en esta disputa, donde se está matando al mensajero. Google es el mensajero, es un soporte. En EE UU, cuando una compañía detecta que otra está utilizando su marca puede interponer una demanda, pero Google permanece al margen. Y si un juez nos dice que retiremos esa palabra, lo hacemos. En la UE, los abogados están repasando este tema. Ojalá podamos salir algún día de este tema en el que nunca debimos entrar.

P. También ha habido quejas de algunos usuarios, que creen que la inclusión de publicidad en sus correos electrónicos -y relacionada con ellos- invade su intimidad. ¿Cómo está ese tema?

R. Ésta es una de las razones principales por las que el servicio de GMail continúa en cerrado. Una vez que dimos a conocer nuestra intención, recogimos las opiniones de todas las asociaciones y agencias de protección de datos de cada país, a través del departamento legal de Google en Londres. Ahora hay abierta una conversación en la UE para ver si podemos seguir con la idea original de servir anuncios contextualizados con las palabras clave de los correos, que no con su significado.

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Sobre la firma

Patricia Fernández de Lis
Es redactora jefa de 'Materia', la sección de Ciencia de EL PAÍS, de Tecnología y de Salud. Trabajó diez años como redactora de economía y tecnología en EL PAÍS antes de fundar el diario 'Público' y, en 2012, creó la web de noticias de ciencia 'Materia'. Los fines de semana colabora con RNE y escribe, cuando puede, de ciencia y tecnología.

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