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UN NUEVO HURACÁN AMENAZA EE UU

El nuevo ciclón paraliza la producción de petróleo y gas en el golfo de México

Evacuado todo el personal de las compañías que operan en los yacimientos de la zona

A menos de 48 horas de que el huracán Rita golpee la costa de Tejas, el equivalente al 73% de la extracción de petróleo y gas de la zona está fuera del sistema. Allí se concentra una cuarta parte de la producción de crudo y gasolina de EE UU. El efecto combinado de este huracán con el Katrina despierta serios temores en Wall Street por su impacto en la economía de la mayor potencia mundial. Las principales zonas de riesgos por el efecto del Rita se concentraban ayer en las ciudades de Port Arthur, Freeport y Galveston, donde están localizadas gran parte de las plataformas petrolíferas.

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Tres de las cinco grandes refinerías del país están en el camino del Rita y corren peligro de inundarse. "La situación es muy complicada y el daño puede ser devastador, mayor que el Katrina", indicó Peter Bentel, de la firma de análisis del sector Cameron. En previsión de lo peor, Exxon Mobil, Shell, Valero, BP, ConocoPhillips y KerrMcGee, entre otras, decidieron cerrar el grifo y evacuar a su personal.

Una pequeña variación en la trayectoria podría dirigir el huracán a una zona menos dañina, donde hay menos concentración de plataformas marítimas y plantas de refino. Ayer, sin embargo, se contaba con la peor de las opciones: con que Rita entrara directamente por Houston, y como medida de precaución quedaron fuera de servicio el equivalente a 2,8 millones de barriles diarios.

La producción de petróleo en el área de Houston se estima en 2,3 millones de barriles (13% del total en EE UU), a los que se sumarían 586.000 barriles en Corpus Christi y un millón más en East Texas, junto a los de Luisiana y Misisipi. En total, 469 plataformas en el golfo de México están paralizadas y 11 de las 26 refinerías de la zona -que representan el 16% de la producción de gasolina- están fuera de servicio, lo que volvió a suscitar los miedos de desabastecimiento en todo el país.

Hay dos problemas añadidos. Por un lado, están los importantes daños causados por el Katrina, que mantiene fuera de la producción unos 875.000 barriles de petróleo (5%). Por otro, se teme por los daños que pueden estar sufriendo ya las plataformas en aguas profundas, por donde el huracán avanzaba con gran fuerza.

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El tema de conversación ayer en Wall Street, ante este panorama desolador para la industria petrolera, era el Rita. Durante toda la jornada se siguieron muy de cerca las imágenes por satélite del huracán, mientras los inversores empezaron a protegerse del riesgo liquidando parte de sus acciones. El precio del petróleo de referencia en EE UU se mantenía ayer por encima de los 67 dólares. El de la gasolina subía un 5,6%. Y el gas natural un 3,3%, tras registrar una subida del 5% en el arranque de la sesión. Se teme que estos incrementos tengan un impacto en los hábitos de consumo de los estadounidenses y un efecto negativo multiplicador en otros sectores. En Freeport, por ejemplo, se concentra un gran número de plantas químicas.

Por su parte, la cadena de distribución WalMart, la mayor del mundo, se preparaba ayer para una nueva catástrofe y cerraba 64 de sus centros comerciales. El sector aéreo, entre tanto, sigue con gran preocupación la evolución del precio del combustible, que ya ha arrastrado a Delta y North West a la suspensión de pagos. La industria del automóvil tampoco se escapa del efecto devastador de los huracanes, porque muchos de sus componentes plásticos se producen en la zona de riesgo. Los economistas evitan hacer cálculos, pero recuerdan que el Katrina se comerá un punto porcentual del PIB estadounidense durante el segundo semestre.

A esto se suman los más de 200.000 millones de dólares en daños provocados por el último tifón. Una de las ideas que está empezando a circular es pedir a las petroleras que destinen a la reconstrucción una parte de los beneficios que está sacando por el espectacular aumento en el precio del combustible. Y en medio de una oleada de críticas en Washington, se pide a la Casa Blanca que ponga fin a exenciones fiscales que favorecen a los más ricos y se recorte el gasto en Irak, para tener más recursos financieros disponibles. En paralelo se intenta lograr que las petroleras tengan más facilidades para abrir nuevas refinerías y puedan localizarlas en otras zonas del país. En Tejas se concentran 26 plantas de las 144 operativas en EE UU.

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