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LA REFORMA DEL ESTATUTO CATALÁN

CiU se plantea presentar una moción de censura contra el presidente

Miquel Noguer

Mientras las fuerzas del tripartito intentaban calmar las ansias de cambio de Gobierno del presidente Pasqual Maragall, Convergència i Unió no dejó de presionar ayer al jefe del Ejecutivo catalán para que no ceda ante las presiones de su partido y aborde la controvertida reforma. De no hacerlo, afirmó el líder de CiU, Artur Mas, "Maragall habrá demostrado que no puede ejercer las funciones más elementales de un presidente de la Generalitat".

Y esto debería traducirse, según el razonamiento de los nacionalistas, en la celebración de un pleno extraordinario en el que Maragall se sometiera a una cuestión de confianza. En caso de que el presidente se continúe resistiendo a ello, Mas avanzó que los nacionalistas tomarán en consideración otras alternativas, entre ellas presentar una moción de censura.

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Los nacionalistas, sin embargo, juzgaron prematuro ayer optar por esta vía, pues, según reconoció el propio Artur Mas, una moción de censura podría dificultar todavía más la negociación del Estatuto en las Cortes Generales.

Lo que realmente quiere Convergència i Unió es hurgar en la brecha abierta entre Pasqual Maragall y su propio partido para evidenciar así la situación de debilidad en que se encuentra el presidente. Por esta razón, y en la rueda de prensa posterior a la ejecutiva de CiU de ayer, Artur Mas no dejó de preguntarse "qué país puede confiar en un presidente que ha perdido la confianza de los suyos". Y para demostrar este extremo exhibió la resolución aprobada ayer mismo por la Comisión Ejecutiva del PSC, en la que el partido rechazaba solemnemente las intenciones de Maragall de abordar cambios inmediatos en su gabinete.

"República bananera"

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Mas no ahorró calificativos para describir la situación creada por el propio Maragall. Tras calificar el tripartito catalán como un Gobierno "de república bananera", el líder nacionalista aseguró que Maragall ha hundido la "dinámica positiva" que a su juicio se había creado tras la aprobación del Estatuto catalán el pasado 30 de septiembre. La confusión generada en uno de los momentos más dulces que hasta la fecha había conocido el tripartito catalán centrará buena parte de las críticas de Artur Mas en el debate de política general que hoy comienza en el Parlament. Mas también insinuó la posibilidad de pedir la convocatoria de elecciones anticipadas.

Entre los dirigentes de CiU presentes en la ejecutiva de ayer se encontraba el ex presidente Jordi Pujol, que la noche anterior había coincidido con Pasqual Maragall en la cena ofrecida por el presidente portugués, Jorge Sampaio, en la Embajada lusa en Madrid. Pujol, que a diferencia de Maragall sí se trasladó a Barcelona a primera hora de la mañana para asistir a la ejecutiva de su partido, calificó de "insólita" la situación creada por el actual presidente de la Generalitat.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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