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Reportaje:UN AÑO DEL HUNDIMIENTO

Las múltiples caras del accidente

365 días después del siniestro, todavía no han regresado a sus casas 246 de los 1.276 vecinos desalojados del Carmel

Hoy hace un año se quebró la tranquilidad en el Carmel. Ni los directamente afectados, ni sus vecinos, ni los responsables políticos -que poco antes del hundimiento estaban en el interior del túnel- podían imaginar el alcance del siniestro. No hubo muertos, pero el accidente del Carmel tiene múltiples caras. Éstas son algunas.

- Cuatro edificios derribados. Como consecuencia del segundo socavón, el del día 27, el edificio número 10 del pasaje de Calafell tuvo que ser demolido. No sería el único. Los dos inmuebles contiguos de la misma vía (6 y 8) también se derribaron. Idéntico destino corrió el 6 de la calle de Conca de Tremp.

- Un total de 246 personas por regresar. El hundimiento del Carmel provocó el desalojo de 1.276 personas. Todavía hoy permanecen fuera de sus hogares 246 afectados. La mayoría (174) residen en pisos de alquiler, 50 están en hoteles y 22 viven en casa de algún familiar. El Gobierno catalán se ha comprometido a que todos los afectados regresen a su domicilio a finales de mayo. La Generalitat ha redoblado esfuerzos y estos días está entregando los pisos rehabilitados a 35 personas más (vecinos del 34, 36 y 38 de la calle de Sigüenza). Está previsto que la próxima semana regresen otras 48 personas.

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- Las indemnizaciones. Un convenio firmado entre la Generalitat y la gran mayoría de los afectados fijó la cuantía de las indemnizaciones. Quienes perdieron su casa han recibido un piso de protección oficial, que la Generalitat ha desclasificado para que puedan venderlo en el mercado. Además, han percibido 70.000 euros por familia (más 10.000 por persona a partir del segundo miembro) y otros 30.000 por daños morales. Los que viven en hoteles o pisos de alquiler reciben cada mes 900 euros para cubrir gastos. Además, han recibido garantías sobre la seguridad de sus viviendas. El Gobierno central ha aportado 2,3 millones.

- Comercios cerrados. Un total de 236 comercios tuvieron que cerrar sus puertas y 35 aún no han reabierto el negocio. Para compensar la pérdida de clientes, la Generalitat les da 1.500 euros al mes por trabajador y 10 euros por metro cuadrado del local.

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- El coste económico. El accidente ha salido por un ojo de la cara. El Parlament aprobó la concesión de un crédito extraordinario para hacer frente a los gastos. De este crédito, de 95 millones de euros, se ha gastado ya el 87,6%, o sea, 83,3 millones. Las indemnizaciones (36,2 millones) se han llevado la mayor parte del pastel, seguidas del pago de los hoteles y del alquiler de los pisos (14,2 millones). Además, el Carmel ha sido declarado área extraordinaria de rehabilitación integral (AERI) y recibirá en siete años una inversión de 235 millones.

- Responsabilidad política. El Carmel levantó asimismo una tormenta política. Para empezar, provocó la dimisión de dos cargos del Gobierno: el director general de Puertos y Transportes, Jordi Julià, y el presidente de GISA, Ramon Serra. Más tarde, se creó una comisión de investigación parlamentaria con dos objetivos: esclarecer las causas del hundimiento del túnel e investigar el presunto cobro de comisiones ilegales en obra pública bajo la Administración de CiU, al que aludió el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, en sede parlamentaria. Es el famoso 3%. El hundimiento también puso bajo sospecha numerosas obras que se ejecutaban en el subsuelo barcelonés, hasta el punto de que el Gobierno modificó el trazado de la línea 5 y el proyecto de la 9 del metro. Al alcalde de Barcelona, Joan Clos, el Carmel le ha supuesto un serio desgaste político.

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