"La gente sabía que ya no iba a volver a casa"
Figuerola estuvo al frente de los profesionales que ofrecieron ayuda psicológica a los afectados. "Desde el principio vi que era algo fuera de lo común. Una casa no suele venirse abajo como se hundió aquélla. Además, la movilización de recursos fue también extraordinaria. Hasta ese día, nunca habíamos tenido que utilizar a nuestros siete equipos de emergencia, además de la Cruz Roja y el Colegio de Psicólogos. En el primer momento, lo importante era tranquilizar a los afectados. Aunque el trabajo era difícil porque la gente quería saber qué ocurría y nosotros teníamos poca información". Figuerola, que es gerente de servicios personales, admite que fue una experiencia dura. "Nos costó mucho no implicarnos emocionalmente, sobre todo cuando la gente sabía que ya no iba a volver a casa".