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El Estatuto catalán supera el último trámite en el Senado por tres votos y con la abstención de ERC

El pleno del Senado cumplió ayer con una aritmética calculada que permitió aprobar definitivamente en las Cortes el proyecto de Estatuto de Cataluña. En una votación nominal, de viva voz, que duró veinte minutos, el texto obtuvo 128 votos a favor y 125 en contra, del PP. Seis senadores, de tres partidos que se oponen al texto (cuatro de ERC, uno del Partido Aragonés Regionalista y otro de Eusko Alkartasuna), se abstuvieron para no prolongar más el debate del proyecto.

La aprobación se ha conseguido a costa de una grave crisis en el Gobierno catalán, que flotaba en el ambiente. Particularmente en la tribuna de invitados, donde estaban los políticos catalanes. Entre ellos, los máximos dirigentes de ERC, Josep Lluís Carod, Ernest Benach, Joan Ridao y Josep Bargalló, que se reunieron aparte en varias ocasiones, cariacontecidos, sin ocultar su preocupación. Estaban pendientes de las conversaciones que decidirán el futuro del Gobierno catalán.

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A poca distancia se sentaban el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y los miembros del Gobierno tripartito que le acompañaban, Bargalló, Joan Saura, Joaquim Nadal y Francesc Baltasar. Más de una treintena de diputados autonómicos de todos los partidos, incluido el PP, asistían también a la sesión.

La clave del trámite estaba en la abstención de los cuatro senadores republicanos. Su portavoz, Carles Bonet, intervino sólo en el turno de réplica, y lo hizo para reafirmar que se abstendrían. "Se podía haber forzado más, porque la aritmética de esta Cámara daba para combinaciones diabólicas. Basta de confusiones. Ahora toca que el pueblo de Cataluña se pronuncie", dijo.

En una emocionada intervención, el senador del PSC Isidre Molas puso en pie a los bancos socialistas. "No encuentro digno, ni moralmente admisible, la campaña de descalificaciones al por mayor que se ha llevado durante meses", dijo a los senadores populares. "Los catalanes no rompemos nada, no establecemos la poligamia, ni la eutanasia. No rompemos el Estado, no ponemos al Estado en almoneda, ¡por favor!". Nada más concluir la votación, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se acercó a felicitar a los senadores republicanos, y Maragall brindó con cava.

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