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Alto el fuego en Oriente Próximo

Annan pide en Beirut la liberación de los soldados capturados y el fin del bloqueo

El secretario general de Naciones Unidas reclama un desarme "pacífico" de Hezbolá

En una visita durante la que pudo comprobar la ira de los habitantes de los barrios bombardeados del sur de Beirut, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, aseguró ayer en Líbano, al inicio de una gira de 10 días por Oriente Próximo, que pedirá a Israel que levante el bloqueo sobre este país, mientras que exigió a Hezbolá que libere a los dos soldados israelíes cuya captura dio inicio a la guerra. En una rueda de prensa en Beirut, junto al primer ministro Fuad Siniora, Annan hizo un llamamiento "al desarme por medios pacíficos" de la milicia chií.

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Durante su intervención, el secretario general de Naciones Unidas habló de la unidad de los libaneses como única forma de cimentar la paz. Annan señaló que la resolución 1701, que detuvo las hostilidades hace ahora dos semanas, "no es un menú a la carta" y que sólo su pleno cumplimiento puede llevar "a una paz duradera en Líbano". Annan se mostró muy duro con Siria, país que visitará el miércoles. "Necesitamos la cooperación de todos los estados vecinos", dijo en una clara referencia a Damasco, que ha amenazado con cerrar sus pasos hacia Líbano si se despliegan cascos azules en la frontera común, que Hezbolá utilizó en el pasado para recibir armas.

"Todos los vecinos deben comprometerse con la resolución 1701", insistió. Annan explicó que, aunque no se desplieguen cascos azules en la frontera con Siria, la comunidad internacional cooperará con todos los medios técnicos posibles para garantizar que no entran armas desde el país vecino.

En su visita a Beirut, desde donde partirá hoy hacia Jerusalén, el secretario general de la ONU se reunió con el presidente del Parlamento libanés, Nabi Berri, líder del partido chií Amal, que ha sido el portavoz oficioso de Hezbolá durante toda la crisis; con el Gobierno en pleno, aunque mantuvo un encuentro por separado con uno de los dos ministros del Partido de Dios, Mohamed Fneich, titular de Energía. No se reunió, en cambio, con el presidente prosirio, Emile Lahud.

Durante su visita al suburbio chií de Haret Hreyk, considerado el feudo de Hezbolá en Beirut y machacado por la aviación israelí durante los 33 días de bombardeos, Kofi Annan se bajó del coche y se vio rodeado por una multitud que llegó a zarandearle. Entre gritos de "Muerte a América", "Muerte a Hezbolá", el secretario general tuvo que salir como pudo ayudado por sus guardaespaldas.

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En todo momento, Kofi Annan se mostró consciente de la fragilidad de la tregua -"Hay todavía muchas cosas sin resolver", afirmó- hasta que no se produzca el despliegue efectivo, a finales de esta semana, de los primeros refuerzos que recibirá la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL), que debe pasar de los 2.000 cascos azules actuales a 15.000. Pidió también que se confirme la retirada de las tropas israelíes, todavía presentes en al menos nueve posiciones al sur del río Litani, y que las únicas armas en la zona sean las que porten los soldados libaneses, en una clara referencia a Hezbolá.

La milicia chií ha reiterado que no piensa desarmarse, tal y como prevé no sólo la resolución 1701, sino otras resoluciones anteriores del Consejo de Seguridad y los propios acuerdos de Taifa de 1990, con los que terminó la guerra civil que ensangrentó este país durante 15 años. "En Líbano debe haber una sola voz, una única autoridad. Ha llegado el momento de mirar hacia el futuro, porque existe una oportunidad para la paz y la estabilidad", manifestó Annan.

En respuesta a una pregunta sobre el espinoso asunto del desarme de Hezbolá -tanto las tropas internacionales como el Gobierno libanés han dicho que no lo van a realizar por la fuerza-, el secretario general de la ONU señaló: "Necesitamos mirar a la historia. Muchos grupos armados en el mundo se han desarmado de forma pacífica. Confío en que la mayoría de los libaneses quiera vivir en una sociedad sin armas, en la que la única autoridad sea el Gobierno".

La guerra de 33 días con Israel ha acentuado las numerosas divisiones que padece Líbano: entre cristianos y musulmanes, entre chiíes y suníes, entre antisirios y prosirios. Hezbolá, que ha salido reforzado militarmente de esta crisis, aunque todavía no está claro si pagará un precio político por la guerra, está encabezando el proceso de reconstrucción y ha comenzado a pagar las indemnizaciones (12.000 dólares en efectivo), mucho antes que el Gobierno libanés. Por eso, durante su comparecencia ante los medios en el Palacio del Serallo, sede de la presidencia del Gobierno, hizo tantas referencias a la "unidad de los libaneses" y a la "soberanía e independencia" de este país. "La unidad nacional es esencial para que se implante la resolución 1701", afirmó.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, rodeado de guardaespaldas y agentes de seguridad, durante su visita de ayer a un barrio de Beirut.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, rodeado de guardaespaldas y agentes de seguridad, durante su visita de ayer a un barrio de Beirut.EFE

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