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Roca amasó la cuarta fortuna de España invirtiendo las comisiones ilegales de Marbella

Anticorrupción atribuye al cerebro del blanqueo el desvío de fondos a empresas de su madre

Juan Antonio Roca, supuesto cerebro de la trama de corrupción de Marbella, hacía muy buenos negocios. Roca pedía dinero o solares a cambio de permitir levantar más alturas en Marbella; luego se recalificaba a sí mismo las fincas y convencía a los promotores para que construyeran allí, según fuentes del sector. El resultado es que, sin invertir un euro, sin arriesgar su patrimonio, amasó más de 2.400 millones de euros, la cuarta fortuna de España según la lista de la revista Forbes. Roca aplicó supuestamente la técnica con éxito durante 14 años. La Fiscalía Anticorrupción le atribuye el desvío de 21 millones a sociedades a nombre de su madre en uno de los casos que tiene pendientes, pero el valor de lo confiscaado multiplica con creces esa cantidad.

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Si un constructor tenía un problema en Marbella acudía a ver a Juan Antonio Roca en la empresa Planeamiento 2000. De nada servía ir al ayuntamiento. "En el ayuntamiento no te daban ni un papel que dijera que habías estado allí, te remitían a Planeamiento", explica un importante constructor de Marbella. Una vez en Planeamiento 2000, Roca accedía a darle al constructor lo que pedía, generalmente más altura para construir. "A cambio, Roca te pedía que pusieses a nombre de sus sociedades un solar no urbanizable. Ese solar generalmente no valía nada", explica este constructor, que pide el anonimato.

En ese momento, Roca esgrimía lo que los promotores conocían como "el lápiz de colores". Con ese lápiz, sacaba el plano de Marbella y decidía que el solar que acababa de recibir pasaba a ser urbanizable. La aprobación en el Ayuntamiento era un trámite, porque Roca era quien realmente movía los hilos del urbanismo desde que en 1992 llegó a Marbella de la mano del recién elegido alcalde, Jesús Gil y Gil.

Con el solar ya urbanizable, Roca había multiplicado su valor inicial por 10. Entonces, esperaba al siguiente constructor que necesitase más altura. Se la daba y, a cambio, le pedía que construyera en el solar recién recalificado. "Él no se jugaba el dinero. Te pedía que tú pidieras el préstamo, llevases a tus obreros y levantases el edificio o la urbanización. Él, que no había puesto nada, se quedaba con entre el 25% y el 50% de la promoción según el sitio. No dudo de que algún ruso le diera bolsas de dinero, pero con los constructores no funcionaba con miles de millones en metálico, sino en solares y en obras".

El negocio era más que redondo. Los constructores ganaban dinero con Roca, aunque menos que él. Y sobre todo, no debían negarse a invertir en sus terrenos. Si Roca se enfadaba con alguno, éste podía olvidarse de construir en Marbella. Así, a base de recalificaciones y gracias a la explosión urbanística, Roca multiplicó el valor de las comisiones.

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Otra prueba de los buenos negocios de Roca es la finca La Loma, en Los Alcázares (Murcia), de 100 hectáreas. El asesor compró la finca como rústica hace siete años por unas 500 pesetas (3 euros) el metro cuadrado de terreno, según fuentes conocedoras de la operación. Entonces era un secarral en el que "no había ni lagartos", según los vecinos. El 22 de diciembre de 2005, el Ayuntamiento de Los Alcázares (del PSOE) aprobó inicialmente convertir toda la finca en urbanizable, como gran parte del término municipal. Cuando esté completo el trámite, el precio del terreno ascenderá a 200 euros el metro cuadrado. Es decir, en este tiempo, gracias al cambio de uso, el terreno se ha revalorizado en 34,5 millones.

Con estos negocios se explica que la policía haya valorado inicialmente su patrimonio en 2.400 millones de euros, y subiendo conforme avanza la investigación. Roca permanece en prisión acusado de ser el cerebro de la red de corrupción de la que también forman parte la alcaldesa, Marisol Yagüe, y la primera teniente de alcalde, Isabel García Marcos. Roca está imputado por "blanqueo de capitales, defraudación a la hacienda pública, cohecho, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos, alteración de precio en concursos y subastas públicas" y de un delito a la fauna.

Notas manuscritas

El asesor no firmaba ningún papel en estos negocios ni constaba en ninguna de las sociedades. Sus propiedades las dirigía a base de notas manuscritas que enviaba a sus testaferros. Las primeras de estas notas aparecieron en un registro policial en una de sus oficinas en 2002, pero no fueron investigadas dentro del caso saqueo de Marbella que instruye la Audiencia Nacional.

Que Roca controlaba el urbanismo de Marbella y que manejaba enormes cantidades de dinero no era ningún secreto, pero los juicios que tenía pendientes antes de la Operación Malaya le atribuyen el desfalco de decenas de millones, que él convirtió en miles. El caso saqueo investiga el desvío de 36 millones de euros a sociedades de siete colaboradores de Gil, 21 de los cuales habrían ido a sociedades de Roca. La acusación se queda lejos de lo incautado.

La Fiscalía Anticorrupción pide 10 años de cárcel para Roca por un caso cuyo origen se remonta a 1992. Según el escrito de acusación, con "un poder general otorgado por su madre, el 7 de marzo de 1986, Juan Antonio Roca adquirió la totalidad de las acciones de las sociedades Dintak, Cantera Nasok, Contratas Peninsulares y Contratas El Plantío".

Años después, estás sociedades aparecieron como supuestas proveedoras de la sociedad municipal Contratas 2000. En 1992, se desviaron 2.441 millones de pesetas del Ayuntamiento a las cuatro sociedades de Roca; en 1993, 466 millones de pesetas, y en 1994, 632 millones de pesetas. Este dinero, casi 3.600 millones de pesetas (más de 21 millones de euros) fue desviado a esas empresas por servicios inexistentes.

Debido a este caso, Roca pasará en breve por el banquillo de los acusados y se enfrentará a una petición fiscal de diez años de cárcel por malversación de caudales públicas y falsedad en documento mercantil. Después vendrá lo más difícil: justificar un patrimonio demasiado grande para su sueldo.

Un avión privado en reparación

A Juan Antonio Roca le gustaba volar. Tenía el título de piloto de helicóptero, con el que se movía entre sus propiedades, y la policía le ha intervenido dos de estos aparatos. Sin embargo, lo más llamativo aún está fuera de España. Se trata del jet privado que tenía en reparación fuera de España cuando el pasado 29 de marzo fue detenido, según fuentes de la investigación.

El avión, un bimotor de la marca Citation, cuesta entre 800.000 euros (si es de segunda mano) hasta los 20 millones el más caro. Los verdaderamente millonarios suelen tener estos aviones para sus viajes y los ceden a una empresa para que los exploten mientras ellos no vuelan. La policía de Málaga está deseando poder inspeccionar el avión y ver si está en condiciones de ser usado para vigilar la costa de Málaga y perseguir el narcotráfico. Además del avión, Roca tenía lujos inaccesibles, como cuadros de Picasso, osos polares disecados tras una cacería en Alaska, caballos o solerías del siglo XII.

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